¿Sacan los alumnos cada vez mejor nota en Selectividad?: "Sí, hay una inflación clara en las calificaciones"

¿Era hace unos años más difícil sacar una buena calificación en Selectividad que ahora? ¿No están actualmente las notas hinchadas cada vez más? ¿Es normal que haya tantos alumnos que obtiene en el acceso a la Universidad notas tan altas?

La sensación generalizada de que los alumnos cada vez sacan mejor nota en Selectividad no es solo una percepción, es real. Si nos fijamos en el porcentaje de alumnos que aprueban el examen de la EBAU, las cifras son evidentes. Si en 2021 el porcentaje de aprobados de esta prueba fue de un 92,7%; en 2013 fue del 86,77% pero es que hace 21 años, en el 2000, era del 78%.

Pero ya no es solo que los alumnos aprueben la Selectividad más ahora que entonces, sino que también sacan mejor nota media en la fase general de la EBAU (sin contar las optativas que te pueden subir hasta cuatro puntos, de ahí que sumen hasta 14) que los estudiantes de hace ocho años. Si en junio de 2013 –primer año del que el Ministerio de Educación tiene estadísticas de la Prueba de Acceso a la Universidad- esta nota media ascendía a 6,21, en junio de 2021 se situaba en 7,01.

Además, ahora también muchos más alumnos obtienen la mejor calificación en la EBAU en la fase general y específica que en 2015 (año en el que empiezan a estar disponibles estos datos en las estadísticas oficiales). Si hace siete años el porcentaje de estudiantes sacó entre un 9 y un 10 fue del 3%, en 2021 alcanzó el 7,4%.

“Hay una tendencia a considerar que sacar más nota en Selectividad quiere decir que los niños son más listos. Y, con todo el respeto, probablemente ni sean más listos ni más tontos, simplemente hay una inflación clara en las notas de los estudiantes, algo que no ocurre solo en España, lo que pasa es que aquí se ha agudizado en los últimos años”, asegura Jorge Sainz, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Rey Juan Carlos.

Notas de corte cada vez más altas

Sacar un 10 en Selectividad era casi imposible hace 20 años; un 8 ya era una nota impresionante. Como las calificaciones de los alumnos son cada vez más altas, las notas de acceso a las carreras lo son también. En Medicina pidieron el año pasado en la Complutense un 13,50 frente al 12,18 que exigieron en 2010. Al final, entrar o no en un grado se juega por centésimas. “Al mínimo resbalón, te puedes quedar fuera. Y eso lleva a reflexionar sobre la diferencia en la dificultad de las pruebas y de los niveles de exigencia de las comunidades”, apunta Ismael Sanz, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos e investigador en Economía de la Educación.

Sainz insiste en la idea. “Hay una presión del propio sistema educativo a subir las notas: comunidades autónomas compitiendo entre ellas; los padres presionando a los profesores; el hecho de que ahora se puedan presentar a Selectividad con algún suspenso... Todo eso hace que haya más gente en la parte alta de las notas y que sea más difícil distinguir a los alumnos mejores”, señala Jorge Sainz.   

Sí, porque la consecuencia directa de todo esto es que acaba penalizando a los mejores estudiantes, que, sí o sí, iban a sacar buena nota, pero como hay un techo, que es el 14, no pueden subir más. “Obtener ahora un 10 en una asignatura es más fácil. Si antes lo sacaba un alumno por colegio, ahora son cinco, por lo que resulta más difícil competir”, apunta Sainz. “Con esta tendencia a incrementar la nota, los colegios tienden a subírselas a los mejores alumnos. Porque si tu hijo quiere estudiar Medicina, le llevarás a un colegio donde va a aprender pero también donde, de cara a la Selectividad, le vayan a poner muy buenas notas. Porque como el colegio sea muy duro, sabes que no va a entrar en Medicina”, añade.

Ismael Sanz plantea qué es lo que hace que exista esta inflación en las notas. “Esta provocada por varias cuestiones: se han reducido los niveles de exigencia, pero también los alumnos dan cada vez más importancia a los estudios, como demuestra que hace 15 años en España comenzase a haber una disminución de las repeticiones”, apunta.

Examen con más opcionalidad

Con todo, en 2020, el año que comenzó la pandemia, se modificó, de forma excepcional, el examen de Selectividad para facilitar a los alumnos la prueba debido a que se habían pasado confinados desde marzo sin poder ir a clase. La idea era que los estudiantes tuvieran más opciones a la hora de contestar las preguntas y que no hubiera, como antes, un examen tipo A y uno tipo B sobre el que elegir, sino una sola propuesta de examen, con una batería de preguntas de las que hay que optar por un número determinado de ellas.

Por tercera vez, este año la prueba ha sido el mismo que el que se impuso durante la pandemia, a pesar de que los alumnos ya asisten a clase regularmente y ya no es obligatorio hacer cuarentena cuando se está contagiado de covid.  

Según alumnos consultados para este reportaje, este nuevo modelo de examen, donde eliges tú cada pregunta, te facilita mucho a la hora de estudiar, ya que te puedes dejar parte del temario sin estudiar, y prepararte mejor la otra. Aunque esta práctica no siempre sale bien. Por ejemplo, en el examen de Física de Madrid de este año, criticado por su dureza por parte de estudiantes y profesores, las preguntas a las que tradicionalmente los alumnos se tiraban de cabeza a responder, las complicaron este año mucho más para forzar a los alumnos a que optaran por preguntas de otros temarios también.