«No volveré, será por locales de comida»: la queja airada de la clienta de un bar y la respuesta del restaurante

Tener que esperar para comer en un restaurante suele resultar un fastidio, sobre todo, cuando se ha hecho reserva e incluso se presenta en el establecimiento con antelación, aunque no siempre ocurre por negligencia o mal servicio. Así puede deducirse del intercambio dialéctico entre una clienta y el hostelero en Benidorm, con la queja airada de ella («No volveré, será por locales de comida») y la respuesta serena de él.

En una reseña en internet, la descontenta consumidora relata cómo tenía reserva a las 14.30 horas y llegó con sus acompañantes 45 minutos antes «pensando que quizás no habría problema».

Es más, vieron que en el salón interior -el establecimiento también tiene terraza- todas las mesas estaban vacías. «Y nos dice el camarero que no nos puede sentar hasta nuestra hora, le comento que todas las mesas están vacías y la única ocupada dice que es la nuestra. Por supuesto, no volveré, ¡será por locales de comida!», apostilló.

En su réplica, el dueño de la Taberna Andaluza, Pablo González, razona porqué no podía atenderles de forma tan anticipada: «No entiendo su postura, porque hizo la reserva a las 14.30, pero me imagino que de repente l apetecía comer y vino 45 minutos antes. Teníamos todo el local y todas las mesas reservadas a las 14 horas, menos su mesa, llegaron unos clientes y nos dijeron que si podían comer. Dijimos que a las 14.30 tenían que levantarse porque la teníamos reservada».

De esta forma, estaba aclarado el misterio por el que, en apariencia, se le daba prioridad a otros comensales, cuando no era el caso, estaban condicionados a terminar para la hora de la siguiente reserva.

«Usted no pretenderá que su mesa sea de su propiedad durante toda la jornada del mediodía. Nosotros hemos cumplido, la que no ha cumplido y no lo ha entendido ha sido usted», se defiende el restaurador, que explicó lo sucedido a la clienta in situ, antes de que publicara su comentario de queja en internet, pero sin lograr convencerla.

«Y tampoco entiendo que cuando coge cita con el médico a una hora, coge cita con el banco a una hora, con el abogado a una hora, etc., y se le ocurre llegar una hora antes, seguro que se espera a su cita», compara González.

Finalmente, apela a la comprensión con el gremio y sus trabajadores, equiparándoles a esos otros servicios médicos, de banca o jurídicos, considerados profesiones liberales y más considerados socialmente: «Los hosteleros, camareros, cocineros... también somos profesionales y merecemos el mismo respeto»