Los vecinos agotaron la primera edición de "Memorias de una aldea, crónicas de Hornos"

En un memorable acto que pasará al archivo premium de mis recuerdos, en la noche de este pasado jueves tuve el honor, tanto como vecino como director de BOM Radio Benidorm, de participar en la presentación de un libro, "Memorias de una aldea, crónicas de Hornos", en el cual además he tenido el honor de colaborar cerrando sus páginas con la redacción del epílogo, en la sencilla, singular, bonita y ya histórica pedanía de Hornos de Peal, en Peal de Becerro, en la sierra de Segura, Cazorla y las Villas, en Jaén.
Quién nos iba a decir que en una aldea en la que viven apenas 40 vecinos, se iban a reunir en la plaza de la iglesia, aprovechando la celebración de las Fiestas en honor a la Virgen de las Mercedes, cerca de 150 vecinos y amigos llegados hasta aquí desde varios puntos de la comarca y la provincia, e iban a aplaudir cada una de las intervenciones que les recordaban que este libro, no es más que la unión de legajos de una historia que existe y que sólo había que reunirla negro sobre blanco para que forme parte de los estantes de nuestra existencia de por vida.
Un honor que en esta pedanía, a la que pertenezco ya de todas las maneras posibles, y a la que llegué como el que no quiere la cosa hace 27 años, me hayan propuesto participar en la confección de un libro en el que, al ver mi nombre impreso en la portada, erizo los pelos de mi cuerpo, demostrándome una vez más que es en los pequeños detalles donde realmente se agolpa y esconde la verdadera felicidad.
David Rodríguez, un espectáculo de alcalde que lo seguirá siendo mientras él quiera, fue el anfitrión e inauguro con sus palabras una noche mágica, en la que José Antonio Quesada, un escritor de referencia para todos los pealeños, esbozó los principales detalles de estas primeras 38 historias que anteceden a lo que pronto será un segundo volumen visto el éxito de este primero.
Cerró el acto el alma máter que siempre debe haber en cualquier evento, José Manuel Padilla, perfecto heredero de una saga, la que inició el recordado Cristóbal Padilla, su padre, que ha continuado con él, regalando primero la idea primero y luego el esfuerzo ímprobo, de recoger testimonio vivo de decenas de vecinos dispuestos a recordar un pasado que es leyenda y patrimonio que no debe dejar morir jamás.
Es la segunda vez que tengo el honor de presentar un libro en Hornos de Peal. El primero fue hace justo tres años acompañando al inolvidable Cristóbal Padilla, que nos dejó hace unos cuantos meses a los 96 años, dejando mi alma en vilo y las calles huérfanos de su fuerza y su conversación. Estuvo presente durante todo el acto. Y fue un honor emocionarme al recordarlo y que sus vecinos lo agradecieran con un fuerte aplauso.