Expedición Indonesia pasa ya al almanaque de los recuerdos

Leopoldo Bernabeu

Esto empieza a tocar a su fin, y que nadie crea que eso es malo. El aprendizaje ha sido total, y que nadie crea que todo ha salido como estaba previsto. Vivir en la incertidumbre es la mejor medicina que he aprendido con el devenir de los años. Saberla disfrutar es algo que te aconsejo sin demora alguna. Lo que siempre fue una sombra pesada como una losa, es ahora la parte positiva que da sentido a una vida plena. La incertidumbre, ese elemento fundamental para estar siempre vigilante, que mantiene tus pies en el suelo y que no permite que tú confianza sea nunca completa, ni siquiera cuando todo parece salir a pedir de boca. Es la señal que debes tener siempre en tu mochila para viajar por la vida.
Hace dos meses y medio se nos ocurrió venir a este desafío y ahora que está a punto de finalizar, lo agradecemos el doble, aunque el desarrollo de la aventura poco o nada tenga que ver con los planes vendidos por aquellos que creen poder variar el rumbo de personas experimentadas en la vida, simple y llanamente porque sus principiantes mentes han ideado un sueño que ni ellos mismos controlan. Ningún problema si no abandonas tu incertidumbre depositando toda tu confianza en nadie. 
Nosotros hemos disfrutado de una aventura que nunca olvidaremos, que forma parte de nuestro bagaje vital, que ha dado pie a desarrollar nuevos proyectos en nuestra mente y que sin duda nos marca el camino de lo que, de ahora en adelante, queremos todavía más o todavía menos. Y para estos chavales, sólo buenas palabras, porque seguro que aprenden la lección, se preparan mejor, diseñan las aventuras sin tantas tonterías y forman como es debido a quienes han de ayudar a construir sueños caros preconcebidos en vez de arruinarlos con su pubertad perroflauta, llena de prejuicios estériles y vacía de contenidos sensatos. Qué líder es ese que sólo piensa en dormir o babear detrás de sus clientas, haciéndolo además a los ojos de todos?.
No ha sido al séptimo día cuando hemos descansado pero sí a partir del doce. Bienvenidos sean estos últimos encuentros con la otra isla de Bali, la más tradicional y menos divertida, pues nosotros no somos de la noche ni de los extremos, pero que también necesitábamos después de una locura interminable de viaje y un sinfín de sensaciones encontradas, unas positivas y otras desesperantes.
Durante estos últimos cinco días y de manera imprevista, hemos podido conocer la zona de Nusa Dua, netamente turística y diseñada en exclusiva para quienes quieren visitar esta isla llena de vida, animación y playas. Ni tienen la mejor y más variada gastronomía, ni sus playas se pueden equiparar a la categoría media de cualquier española, pero es un buen destino para descansar, desconectar y disfrutarlo si vives por la zona. Qué mejor refugio para chinos, japoneses, filipinos, vietnamitas, camboyanos, malasios e incluso hindús. Y para de contar. Venirse hasta aquí sólo para lo descrito es estar medio majareta. Y eso es quizás lo que más me alegra de estos días, que este destino jamás será un competidor para España. Bali tiene un interior, una zona volcánica y una cultura dignaa de ser conocidas. Sus gentes son amables y cordiales, aunque como en cualquier lugar siempre te puedes dar de bruces con algún desaprensivo. Son sucios como casi todos los asiáticos, desordenados a más no poder, pero lo llevan bien se han acostumbrado a vivir dentro de su propia caos. Venir a conocerlos para luego poder contarlo, es algo que ya tenemos apuntado en el calendario de conquistas.
Bali nos deja un buen recuerdo, pero no el suficiente como para volver. Indonesia es bonita, pero el mundo es muy grande y sigue habiendo muchas cosas esperándonos, dejando claro que como España, en primer lugar, y Europa, en segundo, no hay nada ni tan hermoso, ni tan completo, ni tan cercano. Y puestos a elegir siempre nos quedará Sudamérica, la tierra hermana. De hecho Bali es una fotocopia de República Dominicana. Mismo clima, mismo paisaje, mismo estilo de comida, mismo respeto de la gente y mismo caos de tráfico. La diferencia?, que allí te entienden y aquí no. Qué aquellos son descendientes nuestros y estos no.
Un fuerte abrazo a todos vosotros y en especial a nuestros compañeros de viaje, sufridores como nosotros de un proyecto bonito al que le faltó recorrido y psicología para ser el ideal.