Carmen Rus cautiva en el ciclo de poesía de Escritores Independientes de la Marina Baixa
Ayer por la tarde, la poeta Carmen Rus ofreció una performance intensa y provocadora en el ciclo de poesía organizado por Escritores Independientes de la Marina Baixa. El evento, que se celebró en la Casa Figueretes, fue un espacio para que la poeta mostrara su estilo único, cargado de realismo sucio, un lenguaje popular y directo, y un enfoque en lo irreverente.
Escritores Independientes de la Marina Baixa se define como un grupo de escritores independientes que aboga por la expansión de la literatura. Además de la espectacular puesta en escena de Carmen Rus, la presentación contó con la participación de miembros y colaboradores del grupo, como Fernando Bellosta de la Casa de Figueretes, el poeta Heriberto Morales, quienes sumaron sus voces a esta enriquecedora jornada literaria.
Carmen Rus destacó por su capacidad para conectar con el público a través de versos que exploran temas como el amor, la soledad, el caos y la búsqueda de sentido en un mundo absurdo. Su poesía, no apta para todos los públicos por su dureza, fue aplaudida por quienes se sumergieron en su propuesta escénica.
María Meilán, quien introdujo a Carmen Rus, destacó la fusión de la poeta entre poesía y escena, subrayando que su obra atraviesa lo caótico, lo físico y lo visceral, llevando al público a un viaje entre el morbo y la irreverencia.
María describió a Carmen como una artista multidisciplinaria, con incursiones en el performance y la videocreación. El ciclo de poesía de Escritores Independientes de la Marina Baixa sigue consolidándose como un espacio esencial para la difusión de voces que transgreden las normas de la poesía tradicional, siendo Carmen Rus un claro ejemplo de ello.
Intervención de María Meilán sobre Carmen Rus
«Abducida desde los noventa, sobrevive con los pies en la tierra, la piel atópica y la cabeza llena de pájaros. Tal vez por eso, sus poemas nacen con vocación escénica, aunque también pueden ser disfrutados en la soledad íntima de la lectura. La poesía de Carmen Rus establece un diálogo simbólico y onírico entre el mundo interior de sus personajes y su representación escénica, como un juego de espejos en el que se muestra sin estar del todo presente.
Carmen fusiona la poesía con la escena bajo el formato de poesía escénica, además de incursionar en el performance, la videocreación y el collage analógico y digital. Algunas de sus obras pueden verse en su cuenta de Instagram, @lahijadelfauno. Hasta la fecha, ha publicado dos poemarios: Lírica hormonal, accésit en el certamen de poesía Folias, y La arquitectura de la llama, del cual uno de sus poemas, Mecha verde, ha sido publicado en la revista Crátera.
Carmen también coorganiza la Jam poética del Colectivo Maridaje, una actividad paralela al festival de música Jazzpolop desde 2015. En performance y videocreación destacan sus piezas Ketchup Trash, La caída: una historia de frustracción, La meditación de un pez volador y Procesiones y látigos.
Personalmente, tras sumergirme en su obra, confieso que no es fácil definirla, pero tal vez su belleza radica en eso: en sus múltiples matices. Entre el caos y el morbo, las turbulencias y el orgasmo, sus versos nos invitan a atravesar la oscuridad de la materia y hallar placer en la piel. Carmen teje retazos de miedos y anhelos en una lírica irreverente, denunciando las mentiras de lo establecido, pero también mostrando el dolor silenciado y el grito de una niña que busca reflejarse en personajes mitológicos.
Como dice en uno de sus versos:
Apilan mantas sobre la herida
para cubrir los secretos.
Del absurdo germinan verdades
y de la duda
luceros que alumbran herencias.
En definitiva, sus composiciones nos recuerdan que todo es efímero y que solo a través del cuerpo podemos renacer en un espacio donde la vida cobra sentido. Y ahora, tras esta humilde disertación, solo me queda darle paso a ella. Porque ella es la voz, la respiración, el escenario, la desnudez… la poesía hecha carne.»