Álvaro Lazaga: “Estoy muy sorprendido con la belleza de este Camino”
- “Recorre la vía Tolosana desde Arlés, en un Camino con casi 2.000 kilómetros hasta Santiago”
Él no lo sabe, y si lo sabe, lo disimula a la perfección. Creo que lo sabe, pero lo difumina como algo que no tiene importancia. Me refiero, claro está, a esa sensación de bienestar profundo, de alegría interna y contenida hacia el exterior, que produce cada día sin faltas en el calendario. Saber que vas a recibir un nuevo vídeo del Camino de Santiago que está recorriendo el incansable Álvaro Lazaga.
Son seis, quizás ocho, nunca llega a diez minutos, pero son los mejores del día, los que te proporcionan ese momento de relax que no encuentras en ningún otro momento, irrepetibles. Hay por tanto que saborearlos con calma. Tan gratificante que te alejan de la rutina. Un vídeo que suele llegar a media tarde pero que siempre me reservo para disfrutarlo al alba de la madrugada siguiente, cuando intento en vano emular con pasos matinales ese destino que queremos alcanzar pero que nos conformamos con observar. Hay quien se aplica eso de vivir la vida sin limitarse sólo a contemplar como transcurren los años diciéndolo. Se llama Álvaro Lazaga y está cumpliendo la tercera semana de ese nuevo Camino de Santiago, ahora por tierras franceses, en una aventura que le acercará a los ochenta días de cuentos y sueños antes de pisar, de nuevo, la catedral del apóstol.
En esta ocasión haciendo el Camino de Arlés o Vía Tolosana, que es el nombre latino de uno de las cuatro rutas en Francia del camino de Santiago, la más meridional. Pasa por Toulouse (en español y occitano, Tolosa, de ahí su nombre), pero su punto de reunión y de partida es Arlés. Atraviesa el país etapa tras etapa y cruza los Pirineos por el puerto de Somport. Del lado español el camino continúa con el nombre de Camino aragonés hasta la etapa de Puente la Reina. Entonces se junta con el Camino navarro, que no es más que la continuidad de los otros tres que salen de Francia. De ahí el camino hacia la ciudad compostelana se prosigue bajo el nombre de Camino francés.
Con salida desde Arlés, la vía Tolosana o vía Arletanensis, que Aimery Picaud en la Guía del Peregrino llama vía Aegidia, acogía a los peregrinos llegados de Italia, de los Alpilles y de Provenza, pero servía también, en el sentido inverso a quienes llegaban de España o de Francia que se dirigían a Roma tomando del lado italiano la vía Francigena.
Su nombre está ligado al de la capital de la dinastía condal de Saint-Gilles, que jugó en el siglo XII, un papel de primer orden en Occitania, las tierras de la lengua de Oc.
Ricas en historia y unidas por una misma lengua, la de los trovadores, estas tierras vieron desarrollarse una de las más brillantes civilizaciones de la Edad Media, como dan fe, al lado de los vestigios de la antigüedad romana, ciudades, monasterios e iglesias que jalonan el trazado de esta vía del sur y, dominándolas, los castillos testigos de la tragedia cátara.