5 pueblos de Alicante quizá no tan populares que bien merecen una visita

El reclamo de los pueblos de Alicante entre los turistas españoles e internacionales no ha parado de crecer en los últimos años. El mediterráneo y la costa blanca se han convertido en uno de los destinos españoles por excelencia para visitar en cualquier época del año. Pero para los que quieran desconectar y salir de las localidades más famosas y concurridas, aquí nuestra selección de cinco pueblos de Alicante para escapar de los típicos lugares de siempre (y descubrir otros fantásticos)

Dehesa de Campoamor

Esta pequeña localidad se encuentra en el último puntito de la costa alicantina, casi colindando con la Región de Murcia. Se encuentra junto al Parque Natural de la Sierra de Escalona, lo que hace que toda la localidad este repleta de vegetación, entre la que destacan sus pinares. Rodeado de 16 kilómetros de arenas blancas y aguas tranquilas, Campoamor tiene dos playas. Una más grande llamada Playa de La Glea, perfecta para disfrutar de deportes acuáticos y de sus chiringuitos; una más pequeña, Barranco Rubio, ideal para pasar un día en familia amparados bajo la tranquilidad del Mediterráneo. Ofrece una gran variedad de ocio, multitud de espacios deportivos, chiringuitos y restaurantes donde degustar la cocina tradicional de la zona.

Dehesa de Campoamor, Alicante.Getty Images

Benissa

Esta localidad de la costa alicantina repleta de calas de aguas cristalinas cuenta con una gran historia con un toque medieval en sus calles a sus espaldas. Rodeada de naturaleza y del Mediterráneo descubrirás su mayor encanto, sus arenales te transportan a cualquier lugar remoto del mundo. Existe una de mezcla de arena y roca, Cala dels Pinets, desde donde podrás llegar a su famosa piscina natural: Mar Morta i Roques Negres. También se puede disfrutar de otra, Cala del Advocat, más pequeña y con mucho encanto. Para los amantes del turismo tradicional, Benissa dispone de su Casa Museo Abargues, una casa palaciega de los siglos XVIII-XIX para conocer más sobre su historia.

Vista de una de las calas de Benissa, Alicante.Getty Images

Villajoyosa

Este pueblo de la Marina Baja guarda su mayor atractivo en sus casitas de colores que rodean toda la localidad. Se encuentra entre localidades mucho más populares, como El Campello y Benidorm; sin embargo, este pueblo costero alicantino es uno de los secretos mejores guardados de la Costa Blanca. Entre sus calles y estampas colorida se esconden reliquias de épocas históricas como la ibérica, la de los fenicios o de los egipcios.

Casas de colores de Villajoyosa.Getty Images

Villajoyosa cuenta con 15 kilómetros de aguas cristalinas repartidas entre sus calas y playas, algunas como La Caleta o el Racó del Conill. Un pequeño paraíso de la Costa Blanca en el que también se pueden practicar actividades acuáticas como el buceo.

Castell de Guadalest

Esta joya de la Marina Baja se encuentra ubicada en lo alto de un peñasco, desde donde se pueden apreciar las vistas a las sierras de Xortà, Serrella y Aitana. Repleta de historia y naturaleza, fue nombrado Conjunto Histórico Artístico en el año 1974. Castell de Guadalest se encuentra dividido en dos partes, el barrio del Castillo, situado en lo alto del pueblo y el barrio del Arrabal, creado mucho más tarde y lugar donde vive realmente el grueso de su población.

Vista panorámica de Castell de GuadalestGetty Images

Uno de sus mayores atractivos es el Castillo de la Alcoizaba, fortaleza musulmana del siglo XI, seguido de sus murallas, que coronan toda la localidad. Otro de sus mayores alicientes para los turistas son su gran cantidad de museos de diferentes temáticas, como el Museo de Belenes y Casas de Muñecas o el Museo de Microminiaturas. Uno de los pueblos de Alicante más sorprendentes.

Callosa d'en Sarrià

Para quienes quieran alejarse de la costa y los amantes de la naturaleza, Callosa d'en Sarrià es el pueblo alicantino perfecto. A escasos minutos de las playas de la Costa Blanca más concurridas, como las de Benidorm, se encuentra este pueblo repleto de vegetación y de paisajes naturales.

Piscina natural en Callosa d'en Sarrià.Getty Images

La localidad no pose infinitas playas de arenas blancas, pero ostenta el honor de disponer de otro de los encantos de la naturaleza, sus piscinas naturales donde poder escuchar el sonido de las cascadas. Desde El Toll de la Caldera hasta les Fonts d'Algar, se puede llevar a cabo un recorrido por sus aguas dulces donde disfrutar de un día diferente. Además de naturaleza, esta localidad alicantina esta repleta de una historia que se puede apreciar en su patrimonio cultural y arquitectónico.