Una amnistía ilegítima e inconstitucional
Es curioso ver cómo los diputados del PSOE se felicitaban y abrazaban tras una votación donde mostraron su indigna sumisión a los intereses personales de su líder. Nadie alzó su voz contra ese brutal ataque a la separación de poderes y el Estado de Derecho. Han aceptado la mentira como instrumento político. Todos saben que es ilegítima e inconstitucional, tal como dijo Sánchez en numerosas ocasiones, pero se sienten cómodos en un sistema partitocrático que les garantiza un sueldo que no ganarían fuera de la política. Es la clave que explica que el socialismo español esté formado por mansas ovejas que son pastoreadas por su líder. Es un análisis descriptivo que no puede molestarles, porque la hemeroteca permite recuperar las incontables declaraciones de Sánchez diciendo que fue una rebelión y que nunca concedería una amnistía porque era inconstitucional. Por tanto, los diputados del PSOE son mansos instrumentos al servicio de un caudillo populista que carecen de autonomía, voluntad o conciencia. No son socialistas, sino sanchistas. Hay que reconocer que Sánchez conoce muy bien el alma humana y ha sabido comprar a una inmensa mayoría de voluntades confirmando que todos ellos tienen un precio.
La ley de Amnistía no tiene un fin legítimo, ya que la exposición de motivos y su articulado se basa en mentiras. Ha servido para comprar la presidencia del Gobierno. Es tan ilegítima que si fuera un contrato mercantil sería nulo. Es una ilegitimidad de manual, salvo para los juristas defensores del uso alternativo del Derecho y que están alineados en ese modelo tan característico de profesionales al servicio del poder que encontramos en la Cuba castrista. Por supuesto, los constitucionalistas y administrativistas, que son los mejores expertos en Derecho Constitucional, rechazan de plano este despropósito. Lo mismo sucede con los letrados de Cortes, salvo el solícito Galindo, y la inmensa mayoría de magistrados y fiscales con la excepción de los marginales sanchistas. No puede ser que todos estén equivocados. Es cierto que Sánchez cuenta con una mayoría en el Constitucional formada por Conde-Pumpido, Balaguer, Segoviano y Díez que podrían ser, perfectamente, magistrados de la Corte Suprema cubana. La ilegítima amnistía empieza ahora un camino tan tortuoso como incierto, pero Sánchez pasará a la Historia como impulsor de un brutal ataque a la separación de poderes.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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