Tu hijo con un virus y tú acabas con antibiótico: la sobreinfección que deja la bajada de defensas

Marisa llevó a su hijo al pediatra por una gripe. Al cabo de los días ella empezó con tos seca y algo de fiebre. Hasta ahí lo normal, su hijo le había pegado el virus. El problema fue que su hijo volvió al colegio totalmente recuperado pero ella no solo no fue a mejor sino que empeoraba. Su médico de cabecera tras varias pruebas le comentó que ahora tenía una infección bacteriana y que debía tomar antibiótico. Conclusión un mes enferma y con dos procesos, uno vírico y otro bacteriano.

Los mismo le ha ocurrido a Antonio y a Sara, lo que empezaba con un resfriado o gripe que le habían contagiado sus hijos ha terminado con la toma de antibiótico. ¿Qué está pasando? "Nada nuevo", dice Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). Esto ha pasado siempre, pero es verdad que ahora estamos viendo más casos, principalmente porque la covid ha hecho que estemos dos años sin tanto contacto con los virus y ahora nos han venido todos de golpe".

Nuestras defensas locales han bajado tras dos años de covid

En estos dos años nuestras defensas están mucho más bajas y así, la gripe u otras infecciones respiratorias entran de manera más fácil en el organismo. Lo mismo pasa con nuestras defensas locales, que también se han reducido en estos dos años al no tener la influencia de virus. "Nuestro cuerpo tiene dos mecanismos de defensa, la continua inoculación de virus o contacto con virus y la continua lucha de estar preparado para que no penetre. Si eso, no lo hemos tenido en estos dos años estamos más indefensos, y no solo para los virus sino también para las bacterias", comenta el experto.

"Damos por hecho que cuando un niño tiene una infección respiratoria, es normal que se la pase a los padres, que es probable que tengan una gripe de menor intensidad que los niños porque, o bien ya han estado en contacto con esta gripe en la época prepandémica, o porque ya estaban vacunados de antes y hay una cierta inmunidad", señala señala el portavoz de SEMG, que añade que así, la gripe de los padres, aunque menos intensa, sí ha reducido las defensas locales por la infección en vías respiratorias, y ha permitido la entrada de microorganismos bacterianos que han provocado una faringitis o amigdalitis bacteriana".

Por este proceso los padres han pasado de la tos seca que tenían inicialmente, como es habitual en la gripe, y sin producción de moco, a una tos productiva con un moco más verdoso que es lo que indica que hay infección. Por eso, es necesario terminar tomando antibiótico. "Es la sobreinfección que puede producirse tras un proceso viral que termina en bacteriano y donde es imprescindible tomar los antibióticos", comenta Armenteros.

Más frágiles y más expuestos

Según el experto hay dos motivos por los que las bacterias tienen vía libre en nuestro organismo. Una causa física; que el virus haga reducir las defensas locales así dejen paso libre a la bacteria. Una causa citoquímica; las sustancias que se producen de esa lucha contra el virus pueden hacer daño a la célula y hagan que reduzcan sus defensas y puedan penetrar más fácilmente. "Las células están muy unidas y cuando se produce una infección se separan dejando pasar a las bacterias". ¿Quiere decir, que estas personas tienen una inmunidad reducida? "No tiene que ver", dice Armenteros. "Puede ser mala suerte, o bajada de defensas, le puede pasar a cualquiera".

Desde SEMG recalca que ahora si se están viendo más casos. "Quizá ahora es más llamativo porque hay más enfermedades víricas y nuestras defensas están más bajas, como ya hemos explicado. Ahora estamos más frágiles y mas expuestos a tener estas infecciones".

"Muchos pacientes cuentan, 'empecé con tos seca y ahora tengo más tos y mocos, o pensaba que ya me estaba curando y he vuelto a empeorar'. "Lo más importante", señala Armenteros, "es identificar claramente la infección vírica de la bacteriana, para poder tratarla adecamente", concluye.