¿Sabe Mazón a quien tiene en la oposición?

Leopoldo Bernabeu
En esta competición del asombro en la que absurdamente crees haberlo visto todo, no hay día que no se aprenda algo nuevo. Los cinco años de Gobierno socialista han ofrecido tantos descréditos por capítulos que el listón de los incrédulos cree haber tocado techo. Craso error, se supera la última desfachatez con la misma velocidad que el amigo Pedro Sánchez cambia su propia opinión. Ojo que empieza a tener aprendices por todos lados.
“El Psoe valenciano urge al Consell a que garantice la viabilidad del Imserso”. Así literal, el titular viene blanco sobre negro en la edición de un periódico de tirada provincial. Me pilló tomando café con el bueno de mi longevo padre, que además no ve, lo que me vino de perlas para repetir, esta vez en voz alta, el titular. Miré la fecha y vi que no era día de inocentadas, no daba crédito. De inmediato certifiqué, uniendo este hecho a la fotografía del día anterior de los muchachos de Compromís y un cartel de “Wanted” en alusión al Conseller de Educación que había dado libertad de elección de lengua en los colegios de la Comunidad Valenciana, que los señores de la izquierda, desalojados del poder por la mayoría de los valencianos, han hecho oídos sordos a las urnas y tienen la lección muy bien aprendida. A muerte desde el primer minuto, sin los complejos de una derecha que tiene todavía el miedo metido en el cuerpo. 
Me pregunto como puede el Psoe valenciano tener la desvergüenza de pedirle a un Gobierno que no lleva ni dos meses, explicaciones por la situación de un programa como el Imserso, cuya paralización es responsabilidad única del gobierno de sus socios a nivel nacional. No sólo por la incompetencia y la contrastada animadversión de una analfabeta funcional como Ione Belarra, ministra al cargo de un programa que tiene por objeto asegurar las vacaciones de un millón de jubilados, garantizando la continuidad de miles de plazas hoteleras y otros tantos miles de puestos de trabajo, sino porque ellos mismos han tenido abandonado al sector durante los años de pandemia, realizando incontables promesas económicas que nunca han cumplido, e intentando implantar nuevos impuestos como la tasa turística, en cuanto en el sector aparecían los primeros rayos de luz. Desproporcionadamente increíble.
No contentos con esta falta de respeto, se atreven además a reunirse con Hosbec, la patronal hotelera que más ha sufrido los desvaríos de ese Botánic, gallinero de pollos descabezados tan enloquecido, que el propio Mazón ha nombrado a Nuria Montes, artífice de la más férrea defensa de los intereses turísticos valencianos, su nueva Consellera, supongo que con el fin de que pueda enderezar tanto desvarío. 
En esa misma reunión les han dicho también, pásmate, que esperan una hoja de ruta del nuevo Consell para impulsar el turismo, exigiendo que pongan en marcha todos y cada uno de los muchos proyectos que quedaron pendientes, es decir todos, porque el sector necesita certezas y conocer con rapidez las ayudas que la Generalitat va a ofrecer para que los hoteles no terminen cerrando sus puertas. ¿A qué sigues creyendo que es una broma?. Viéndome escribir esto, siento que entro en su juego, pero no me queda otra. Son tan cínicos, tan arraigados a vivir del esfuerzo ajeno, que la crítica les encanta, importando de verdad que se hable de ellos, aunque sea para desnudar sus vergüenzas. 
No sólo están equivocados los millones de españoles que todavía creen que Sánchez será incapaz de seguir adelante con la hoja de ruta que parte España aprobando una amnistía y si fuera necesario apoyando un nuevo referéndum, sino que cada día son más los discípulos que han emprendido el mismo sendero de caradura y cinismo, atacando a quienes intentan devolver el sentido común, convencidos de haber conseguido hipnotizar con acierto absoluto, a un importante abanico de ciudadanos que, o bien son capaces de suicidarse con tal de seguir creyendo en estos encantadores de serpientes o bien pasan olímpicamente de todo, agotados de tanto despropósito.
El hambre es la principal diferencia que ha existido siempre entre la derecha y la izquierda en este país. La derecha gobierna para equilibrar sensatez con esperanza, olvidando cada poco tiempo que la izquierda devora lo que se ponga por medio con tal de recuperar el trozo de pan perdido. ¿Habrán aprendido Feijóo y sus barones regionales las lecciones que Aznar y Rajoy no supieron entender?. Observando desde la barrera como actúa el Ppcv contra su propio gobierno y viendo como muerden los señores de Compromís y Pspv desde el primer día, mucho me temo que no. Espero equivocarme.