Qué verde era mi valle. Una noche en la ópera. “Quo vadis”. Consejo Vecinal
No crean, sufridos lectores, que les voy a dar el tostón sobre cine clásico, no, les voy a dar el tostón sobre el Consejo Vecinal, lo que pasa es que estos títulos evocan a la perfección mis sentimientos hacia el mismo.
La magnífica película de John Ford "Qué verde era mi valle" es, entre otras cosas, una extraordinaria loa a la nostalgia; y eso es lo que siento hacia el Consejo vecinal, nostalgia. Dicen que "tiempos pasados fueron mejores" afirmación con la que yo no suelo estar de acuerdo pues pienso que cada tiempo tiene sus circunstancias y que sencillamente son distintos. Pero en este caso sí creo que la nostalgia que siento es por tiempos pasados que sí fueron mejores y voy a tratar de explicar el porqué: el Consejo Vecinal desde su nacimiento y durante sus primeros ocho años fue, sin lugar a dudas, un referente y un activo en cuanto a la participación ciudadana encuadrada en la democracia participativa y como complemento y/o control a la democracia representativa encarnada por nuestros ilustres próceres. Tiempos en los que el Consejo Vecinal era un generador de noticias casi a diario por su actividad. Tiempos en los que se pergeñaron los reglamentos y bases que han reglado y ordenado su funcionamiento, junto con sus posteriores actualizaciones en adaptación a las necesidades y posibles mejoras que se detectaban, lo que demostraba que la vocación de ser un activo en cuanto a lo que a participación ciudadana se refiere, seguía viva. Tiempos en los que la presencia en los medios de comunicación, radio, tv y prensa era constante incluso llegando a contar con un espacio propio en la emisora de radio municipal desde el que no sólo se trataban asuntos de barrios o de ciudad si no que también había una vertiente didáctica sobre temas de nuestra población (movilidad, metabolismo urbano, etc.) Tiempos en los que se pusieron en marcha iniciativas integradoras y lúdicas como la adhesión al Clean up the Word, el Día de las Nacionalidades o el galardón al Vecino Ejemplar. Tiempos en los que la actividad del Consejo Vecinal reflejada en la memoria que se elaboró para tal fin, contribuyó en buena media a que Benidorm se hiciera con un buen dinerito para la Edusi (jardín en el que no toca entrar en este artículo es la gestión que del mismo se ha hecho) Tiempos en los que se puso en marcha el proyecto de Presupuesto Participativo del Consejo Vecinal ¡ojo! con dotación presupuestaria. Tiempos en los que el Consejo Vecinal logró paralizar una subida del IBI. Tiempos...
Y llegaron otros tiempos. Tiempos en los que se inicia un interregno. Tiempos en los que todas las actividades lúdicas, integradoras y de todo tipo se paralizaron, al principio por la pandemia (excusa para todo) y después por ¿desidia? No lo sé y ya poco importa. Tiempos...
Y de nuevo el paso inexorable de la vida trae nuevos tiempos. Tiempos en los que se renueva la vicepresidencia del Consejo Vecinal. Tiempos en los que nuevamente me ilusioné pensando en que se intentaría dinamizar y retomar la presencia del Consejo Vecinal como un activo de la participación ciudadana, pero... ¡Ay, siempre hay un pero!
Para mejor entendimiento del lector me van a permitir hacer un paréntesis y que les ilustre "grosso modo" sobre el funcionamiento del Consejo Vecinal: las sesiones se celebran cada tres meses, con lo cual, nos encontrábamos con que, en determinadas circunstancias y asuntos de cierta enjundia, siempre íbamos y llegábamos con retraso. Eso se solucionó antes del interregno con la aprobación de una importante modificación en el Reglamento de Régimen Interno por el que se facultaba a una Comisión (obviamente a la más representativa) a constituirse en Permanente al objeto de tratar todos aquellos asuntos que por su urgencia o por no tener una Comisión específica no pudieran ser tratados con premura en la sesión trimestral, eso sí, estando obligada esta Comisión a dar cuenta en la próxima sesión del Consejo.
Terminada esta pequeña explicación retomemos el tema. Esta modificación que se rebeló como una herramienta para casos de urgencia, no ha sabido utilizarse en la medida en que determinadas circunstancias especiales lo han requerido. Y voy a poner dos ejemplos recientes que seguramente todos recordarán: la subida del IBI y de la tasa de basura; el Consejo Vecinal en todo momento se encontró a remolque de la ciudadanía y en ningún momento "cogió el toro por los cuernos" y se posicionó claramente, sembrando la duda entre la vecindad de ¿en qué lado está? En segundo lugar la famosa sentencia que todos conocimos recientemente por la prensa en la que se condenaba a el Ayuntamiento (o sea, a todos nosotros) por incumplimiento de un convenio urbanístico a pagar en torno a 350 millones de euros... pues señores, ¿nadie se hizo preguntas en el Consejo Vecinal? Como por ese entonces tocaba Sesión ordinaria trimestral del Consejo, solicité la votación para su inclusión por urgencia como punto del orden del día, al haber sido elaborado este con anterioridad a la noticia (nada nuevo, hay precedentes) siendo denegada la iniciativa y quedando relegada a "ruegos y preguntas" no figurando así reflejado como punto del orden del día en la sesión del Consejo Vecinal ¿por qué? Porque así paso sin pena ni gloria y el Consejo "quedó a la luna de Valencia".
Llegados a este punto no puedo mas que recordar esa magnífica película cómica de los hermanos Marx “Una noche en la ópera” que nos ha dejado escenas memorables, recuerdan lo de “la parte contratante de la primera parte…” y la escena del camarote con la famosa cantinela de “y dos huevos duros” pues en esas estamos.
Sesiones exprés que se "ventilan" en hora y media con cada vez menos debate y reiteración de asuntos ya tratados en otras sesiones, propuestas hechas desde la falta de información y la irrelevancia, cada vez menos representantes de los vecinos que asisten ¿por qué? ¿hastío? ¿falta de debate? ¿falta de visión holística de ciudad? Desgraciadamente puede que de todo un poco... y algo más.
Ahora tenemos sobre la mesa un nuevo asunto: una modificación del importe de la tasa de basura que puede ser un nuevo incremento de dicha tasa para muchas familias, yo ya he puesto el dedo en la yaga ¿qué hará el Consejo Vecinal? Veremos, pero me malicio que se dejará pasar una nueva oportunidad de debate que demuestre que el Consejo Vecinal está vivo y del lado de los vecinos.
Por lo anterior y muchas más cosas, me atrevo a viajar de nuevo a Hollywood y mentar otra gran obra clásica, esta del director Mervin LeRoy "Quo vadis" drama épico ¿será casualidad? y añadir "Quo vadis Consejo Vecinal". El tiempo lo dirá.
Y tras estas consideraciones, querido lector, tengo meridianamente claras dos cuestiones: que el Consejo Vecinal es una herramienta, ¡muy buena herramienta participativa! pero que como toda herramienta está en manos de personas y que estas personas son quienes la hacen ser eficaz o no y también que si no han visto "Qué verde era mi valle”, “Una noche en la ópera” o "Quo vadis" no duden en verlas, son tres excepcionales películas, lo garantizo, yo ya las he visto. Sí quiero dejar claro que lo citado anteriormente es mi visión personal y que solo hablo en mi nombre de la manera lo más objetiva posible y que ¡por supuesto! habrá quien no esté de acuerdo conmigo y me rebata todo, punto por punto, pero les aseguro que son muy buenas películas.
Fernando Montes
Miembro del Consejo Vecinal