«Poner el aire a 27º en Benidorm es como poner la calefacción»

«En Benidorm hay negocios que abren hasta las doce de la noche y no sabemos a ciencia cierta si la medida de apagar las luces a las diez les afecta o no». La incertidumbre en el sector comercial de la capital turística de la Comunitat Valenciana, a pocas horas de que entren en vigor las medidas de ahorro energético impulsadas por el Gobierno es total y eso, tal y como confirma el presidente de la Asociación Independiente de Comerciantes de Benidorm (AICO), Raúl Parra, el malestar en el colectivo es mayúsculo.

«Es algo que llevamos bastante mal porque, como siempre decimos, las decisiones se toman sin consensuar con los sectores», denuncia Parra, que lamenta que se hayan tomado unas medidas «muy directas» sin haber tenido en cuenta no sólo los intereses de los sectores afectados, sino también la realidad, en este caso climática, de las distintas zonas de España.

En relación a la más controvertida de todas las medidas adoptadas por el Ejecutivo, la que fija unas temperaturas determinadas para los sistemas de aire acondicionado en espacios públicos, Parra recuerda que «Benidorm es una ciudad con muchísima humedad y eso hace que tener el aire acondicionado a 27º es como si enchufáramos la calefacción».

Una circunstancia que, como se teme el presidente de los comerciantes, hará que «los clientes no estén cómodos y eso provocará que nos bajen las ventas por culpa de esas decisiones que, insisto, se han tomado sin consenso».

Por otro lado, y tras un verano en el que pese a las buenas cifras que arrojan los índices de ocupación las ventas en el comercio local no están acompañando en la misma medida, estas medidas «nos van a obligar a hacer una serie de inversiones importantes en cuanto a lo que son los cierres automáticos». Y todo ello, manteniendo «importantes dudas de si lo tenemos que poner a 27º o 25º. Eso no está nada claro. Tampoco si las cortinas de aire son alternativas válidas a las puertas automáticas… y todo ello, ha llegado en pleno mes de agosto cuando están cerradas todas las empresas especializadas en este tipo de productos».

Raúl Parra lo tiene claro y, a su juicio, las medidas propuestas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez «son irracionales y fruto de la improvisación». Lo mismo ocurre, explica el presidente de AICO, con el apagado de las luces de los escaparates. «Tenemos comercios que cierran a las doce de la noche y no sabemos a ciencia cierta si la medida de apagar las luces a las diez les afecta o no. Nos han dicho que mientras estén abiertos sí se les permite encender las luces, pero tampoco lo tenemos muy claro. Mientras, seguimos a la espera de saber quién va a realizar esas inspecciones».

Y todo ello, insiste, después de un verano «que no ha sido muy bueno. La subida de la inflación está provocando que la gente tenga un menor poder adquisitivo. El comercio siempre parece el último eslabón. El sector donde la gente primero deja de consumir porque primero debe hacer frente a las hipotecas y luego anteponen el ocio. Sin embargo, si hay que tener cuatro camisas en lugar de cinco, pues se tienen cuatro». Todo ello ha provocado, según los datos provisionales que maneja AICO, en «una bajada de ventas de entre el 20 y el 25 por ciento con respecto a 2019».

Una bajada que en la rentabilidad de los comercios sobre los que «todavía no tenemos los datos» respecto a qué tipo de productos están viéndose más afectados, tal y como explica el presidente de AICO que subraya que «en el porcentaje que he comentado se incluye tanto el comercio tradicional como el turístico».

Algo que, según explica Parra, tiene también una motivación turística ya que «la gente, cuando compra la reserva de sus vacaciones en origen, ya ha sufrido una subida de precios y eso hace que en el destino disponga de menos dinero y es en el comercio donde se deja de consumir mayoritariamente», algo a lo que hay que añadir un mal endémico para los negocios tradicionales como es la imparable «subida de la venta online».

Al contrario de lo que le ha sucedido a buena parte del sector turístico, cuyos paquetes vacacionales se venden, incluso, con más de un año de antelación, los comerciantes sí han podido, al menos, repercutir en el precio final del producto ya que «según nos van subiendo a nosotros la subida de los productos, lo que hacemos es subirlo de forma automática», explica Raúl Parra.

Con todo ello, las expectativas de los comerciantes benidormenses de cara a los próximos meses son «de muchísima incertidumbre. Ahora mismo, por lo que nos trasladan, las reservas de cara a septiembre son bajas y eso hace que no haya un panorama claro».

Según el presidente de AICO «la vuelta al cole no es una campaña tan fuerte para nosotros por la cantidad de gastos que conlleva que, además, viene pareja al recibo del IBI, que hay que sumar a los gastos de libros y colegio», aunque, afirma, «el perfil del cliente del mes de septiembre es mejor que el de agosto. Es un turista distinto, pero tenemos muchísima incertidumbre respecto a lo que ocurrirá en otoño porque todo indica que el IPC va a seguir subiendo».