Pepe Pérez Sirvent: “Hay que atreverse a encarar tu propio desarrollo de mejora a través de la técnica del 1%”.
En la actualidad, el mundo nos invita a evolucionar y a adaptarnos continuamente. La clave para mejorar no está en esos mega-objetivos que, de sólo pensarlos, nos agotan; sino en un compendio de micro-decisiones que tomamos cada día.
Imagina que decides mejorar tu vida en un área específica: puede ser tu salud, habilidades sociales, conocimiento profesional o incluso tu paz interior. Te comprometes a mejorar un 1% cada día. ¿Irreal? No tanto.
La efectividad de esta regla radica en la comprensión de cómo las pequeñas mejoras acumulativas pueden amplificar tus resultados a lo largo del tiempo.
Si mejoras un 1% cada día, al cabo de un año, habrás mejorado en un impresionante 37.78%.
Sin embargo, la moneda siempre tiene otra cara, el efecto de retroceder un 1% diariamente.
Aunque el número parece insignificante, este descenso constante nos llevaría a ser sólo un 0,03% de lo que éramos al inicio del año o del período en el que decidiste asumir el reto de la mejora del 1% diario. Y aunque te parezca muy poco, es una caída devastadora en nuestro desempeño y calidad de vida en cualquier aspecto.
La línea exponencial ascendente muestra más que un aliento para tu crecimiento: también representa esperanza, potencial y la recompensa de la disciplina. Mientras que la descendente, no sólo indica que estarás igual, sino peor, puesto que cada año desciendes más abajo. En consecuencia, tu vida se deteriora.