Luis Navarro: “Lo normal es que el pliego de la limpieza viaria vaya a Pleno en breve”

  • Matías Romá: “Las quejas ciudadanas se han reducido a la mitad en el último año”

Es el último programa ordinario de AIRE FRESCO en esta maravillosa 8ª temporada que ya termina, aunque todavía nos queda el super especial que realizaremos en directo este próximo lunes 29, coincidiendo con la festividad de Santa Marta, desde las instalaciones del Hotel Meliá Benidorm. Hemos querido tener un importante detalle, queríamos que destacase. Existe aquí una sección, longeva ya, que siempre ocupa los minutos finales de los jueves y que tiene por misión acercarnos a un mundo de realidad que normalmente se nos escapa por la mirilla del reojo. Hoy queremos que abra el programa.

Ese mundo, formado por un gran número de personas que se dejan las horas cada día en procurarnos felicidad a los demás, es el de la limpieza viaria y la recogida de residuos sólidos. Sucede con el trabajo de este equipo humano algo similar a cuando abrimos el grifo del agua, mientras salga el líquido elemento no habrá ningún problema, en el momento que eso no suceda, que alguna vez nos ha pasado a todos, es cuando llegan los nervios y nos hacemos muchas preguntas. Con la limpieza de nuestras calles pasa exactamente lo mismo.

¿Habéis visto las imágenes de lo que está sucediendo estos días en la ciudad de La Coruña? Decenas de miles de kilos de basura amontonadas por las calles están consiguiendo sembrar la alarma en todos los sentidos. No sólo por la insalubridad de la situación, que afecta de llenos a vecinos y turistas, sino sobre todo por esto último. ¿Quién va a querer ir a esa ciudad gallega a pasar unos días de asueto este verano mientras esté presente ese problema?

Ahí es donde debemos empezar a valorar en su justa medida y ser muy agradecidos con el trabajo diario de casi 200 operarios, que desde que sale el primer rayo de sol hasta que oscurece, e incluso más allá, se preocupan de que tú y yo podamos pasear por nuestras calles limpias, baldeadas, sin una bolsa de basura a la vista y con unos contenedores lo más presentables posibles. Y además lo hacen en un momento, pleno verano, donde nuestra población se ha multiplicado por cinco.