La urbanización de Alicante preferida por Putin se pone de moda este verano con tarifas a mil euros la noche

Si alguna vez necesitó Altea promoción como paraíso del turismo residencial de alto standing, ahora parece tenerla sin haberla buscado como destino preferido por Putin para veranear. En cualquier caso, se ha puesto de moda como su rincón escogido y eso se nota en los precios y la exclusividad para irse allí de vacaciones.

Quienes hayan tenido la tentación de buscar las opciones de alojamiento más asequibles, por ejemplo, en casa del propietario (ArBnB), en estos momentos tienen disponible cama por 981 euros la noche y en este popular portal de reservas ya advierte de que no no hay mucha oferta en esta zona, para animar al internauta a confirmar.

En el caso de Booking, el gigante de las reservas, también queda poco donde elegir y se exige un mínimo de seis noches para la estancia, aunque quien pueda permitírselo, las fotos de la villa en cuestión hacen honor a su nombre «luxury» (lujo), con una piscina y unas vistas al Mediterráneo de ensueño.

Al no haber posibilidad de una estancia más corta, la factura mínima sale por unos 5.000 euros.

En definitiva, los precios prácticamente multiplican por diez lo que se puede encontrar fácilmente en Altea, fuera de la zona exclusiva con acceso restringido, barrera y cámaras de seguridad con vigilancia, a la que suele acudir el presidente ruso en sus escapadas estivales tan discretas.

Sin necesidad de mucho bucear en Internet, hay apartamentos que se anuncian como «ideales para parejas» situados en balcones naturales elevados sobre el mar, igualmente paradisíacos, desde cien euros la noche. Pero no donde reposan Putin y otros privilegiados que buscan preservar su privacidad.

En cambio, en Niumba -el portal de Tripadvisor que cuenta con 100.000 alojamientos en España- se ve Altea Hills como una isla en su mapa sin ninguna oferta, rodeada eso sí, de múltiples viviendas, apartamentos, adosados, chalés... pero no en la zona. Es más, esta central de reservas extiende sus recomendaciones a Xàbia y Denia, otros municipios con gran atractivo para los turistas, pero que se alejan hasta medio centenar de kilómetros y unos 45 minutos de tiempo de desplazamiento.

Y quienes tengan intención no de pasar unos días, sino de fijar su residencia más o menos estable, los precios de venta también están disparados y no parecen tener techo. Suelen cotizarse a entre dos y tres millones de euros y algún chalé-mansión supera los 7,5 millones. Uno de cada cuatro propietarios es ruso: Putin no es el único enamorado de Altea.