La literatura digital, una apuesta en auge

Hace algo más de un año me introduje en el fascinante mundo de la literatura digital a partir de la invitación de la responsable de Editorial BGR, especializada en este tipo de formato de publicación de obras literarias, la poeta colombiana afincada en Alicante, Beatriz Giovanna Ramírez, quien me ofreció dirigir una colección de microficción que tenía como fin publicar obras escritas por mujeres.

 

Desde el minuto uno me entusiasmó la idea no sólo porque se trataba de una colección de microficción, un género muy en auge que me interesa mucho, sino porque me ofrecía, como directora, la oportunidad de conocer las obras de microrrelatos escritas por mujeres y me permitía apoyar, desde mi esfuerzo y mi trabajo de dirección, la voz literaria de las mujeres en este género de ficción.

 

Tengo que decir que la experiencia ha sido de lo más enriquecedora, porque en apenas año y medio cuento con la satisfacción de haber puesto mi granito de arena para ayudar a visibilizar las obras escritas por mujeres en lengua castellana no sólo de Canarias, sino también en España y Latinoaméricana, y no sólo eso, sino que además me ha permitido abrir un espacio a mujeres que publicaban su obra por primera vez así como apoyar a autoras muy jóvenes, alguna de ellas en plena adolescencia, lo cual, por otro lado, habla muy bien de las mujeres que vienen pisando fuerte en el campo de la creación literaria, en este caso en las islas Canarias.

 

La magia de todo ello es que estos libros se publicaron en formato digital, es decir, se trata de obras concebidas como literatura digital.

 

¿Qué ventajas tiene la publicación digital? La primera y fundamental, que se puede acceder a la lectura de la obra a golpe de un clic. Las obras se descargan directamente en la biblioteca kindle de la persona lectora, a partir de la instalación previa y de forma gratuita de esta herramienta en el dispositivo electrónico. La segunda, que se puede acceder a la lectura de la obra en cualquier parte del mundo, dado que tiene un formato digital que está accesible en cualquier dispositivo: un móvil, un ordenador o una tablet. Tercero, que el precio de la obra es bastante más reducido que la obra en papel. Y cuarto, y no menos importante, que el libro no ocupa espacio físico en la estantería o sobre la mesilla de noche.

 

A estas ventajas hay que sumar la protección del medio ambiente dado que no se hace uso de papel lo cual no solo abarata los costes de producción del libro sino que sigue una política de protección medioambiental que junto a la política de aplicación de perspectiva de género vertebra la filosofía de edición y publicación de Editorial BGR.

 

Aspectos que han supuesto personalmente para mí estar muy cómoda con esta aventura digital de dirección de una colección específica y con perspectiva de género como es la Colección Digital de Microficción Femenina Breves y Contundentes.

 

Reconozco que la introducción en la literatura digital me supuso, como a muchas de mis compañeras, especialmente las que contamos con una cierta edad, la necesidad de ponernos las pilas e introducirnos en el aprendizaje de las herramientas y del estilo de edición.

 

Publicar en papel y en digital básicamente sigue el mismo proceso de corrección y edición. Además, se trata de la publicación de obras en la que las autoras cuentan con derechos de propiedad intelectual dado que las obras digitales son libros igual que los de papel, solo que en otro formato.

 

Esto, que parece tan sencillo de entender, a veces se nos escapa porque la literatura digital es algo relativamente reciente a la que todavía tenemos que acostumbrarnos. A este respecto, tengo que decir que Editorial BGR está haciendo un considerable esfuerzo en su labor didáctica y de difusión logrando ser, hoy por hoy, una editorial de literatura digital referente en España e Hispanoamérica, con el impulso de varias colecciones en narrativa y poesía muy interesantes y de gran calidad, a las que hay que sumar otra específica en formato de lectura fácil dirigida a facilitar la lectura a personas con especiales dificultades de comprensión lectora. Para más detalles, les recomiendo que entren en editorialbgr.com y las descubran personalmente.

 

Precisamente para tratar estos temas, se celebra este sábado, 20 de abril, en la Biblioteca de Gáldar, el II Encuentro de Microficcionistas Agáldar, una iniciativa de apuesta por la lectura impulsada por la Asociación de Escritoras y Escritores Palabra y Verso en colaboración con Editorial BGR y el Ayuntamiento de Gáldar. El evento reunirá a un nutrido grupo de autoras y autores del género de la microficción que abordarán, entre otros asuntos, los formatos digitales existentes para la escritura de microrrelatos, como por ejemplo la revista digital Brevilla, así como se presentarán nuevas obras de colecciones literarias de microficción tanto en formato digital como en papel.

 

Por cierto, no hay que confundir la literatura digital con la digitalización de obras literarias. La 'literatura digitalizada' consiste en llevar la literatura ya impresa a la pantalla, como es el caso del nuevo espacio de Biblioteca Digital creada por la Real Academia Española (RAE) y que conocíamos hace unos meses. Un recurso por otro lado de lo más interesante, ya que en él se puede encontrar una colección de más de 4800 obras literarias digitalizadas, disponibles para leer de forma libre, legal y gratuita títulos de autores como Cervantes, Lope de Vega, Rosalía de Castro, Rubén Darío y hasta acceder en un solo clic a la primera edición de El Quijote.

 

Pero hay que aclarar que esta biblioteca digital no es literatura digital como tampoco lo es la publicación en pdf de obras que se distribuyen gratuitamente, que pueden ser muy válidas como una forma más de promocionar la lectura sobre todo cuando no se cuenta con recursos económicos suficientes para adquirir un libro, motivo por el cual también aplaudo pero, aclaro, no sigue el mismo leivmotiv de actuación ya que la literatura digital busca dar a conocer la obra de una autora y autor respetando sus derechos de propiedad intelectual y garantizando que cobren por la venta de sus obras.

 

Es decir, los obras publicadas en formato digital se ponen a disposición del público mediante procedimientos electrónicos para ser leída y consumida también a través de aparatos electrónicos.

 

Cuando allá por los años 80 del siglo pasado aparecieron los primeros libros electrónicos, surgieron por doquier los malos augurios que preconizaban la extinción del libro en papel. Transcurridas ya unas cuantas décadas, creo que es más que evidente que el tiempo ha evidenciado que esos presagios tan catastrofistas no se cumplieron. Y no sólo no se cumplieron sino que unos y otros, papel y digital, han venido conviviendo y complementándose con un mismo objetivo y función: acercarnos a las obras de creación, de ficción o no, de las mujeres y los hombres que escriben.

 

Soy lectora de libros tanto en papel como en formato digital y creo firmemente que lo que realmente importa no es el formato, sino la calidad de la obra; lo que hace que funcione un libro no es en qué formato accedemos a su lectura sino qué es lo que nos hace sentir cuando lo leemos; si nos o no cambia en algo su lectura; si nos influye o no de alguna manera; si nos emociona o no; si nos conmueve o no. Es ahí donde reside la importancia de una obra literaria: en su calidad como lectura.

 

Lo cierto es que la literatura digital ha venido para quedarse y esto no tiene que suponer rivalidad alguna con respecto a la publicación de obras en papel, más bien pienso que ambas son complementarias, sobre todo, teniendo en cuenta que las nuevas generaciones son nativos digitales a los que es necesario introducir en el amor por la lectura a través de las vías que ellas y ellos manejan en su día a día, adaptándonos a sus herramientas y presentando la obra literaria como lo que es: un bello recurso de creación al que también se puede acceder a través de un móvil, un mecanismo tecnológico que se pone al servicio del entretenimiento y disfrute de la ciudadanía más allá de los vídeos simplones y reiterativos de tik tok e instagram.

 

Que se lea poco y que el 42% de la población canaria no haya tocado un libro en su vida, según datos del Barómetro de Hábitos de Lectura y compra de libros en España 2023 presentados recientemente, es una cuestión que abordaremos en otra ocasión, dado que el tema, lo reconozco, me resulta de lo más preocupante, aunque transciende del hecho de que el formato sea digital o en papel.

 

Lo crucial, lo vital, es leer con pasión, con constancia, con reconocimiento a todo lo que una buena historia nos trasmite, nos enriquece y nos hace crecer como personas con capacidad de discernimiento y de juicio crítico.

 

Porque...¿es que hay algo más lleno de magia -y más peligroso para determinados estamentos políticos y económicos- que leer? Pues eso.

 

Josefa Molina