La cláusula que debes incluir en el testamento para no tener problemas en el reparto de la herencia tras un divorcio

El testamento es un acto jurídico en el que una persona determina quiénes serán los sujetos que reciban su patrimonio en el momento de su muerte. Redactarlo garantiza el cumplimiento de las últimas voluntades de la persona fallecida, por lo que nadie puede modificarlo, salvo el propio testador.

En ocasiones, las circunstancias de los causantes pueden variar. Tener o descubrir nueva descendencia, perder a un heredero, o divorciarse, suelen ser algunos de los motivos por los que las personas modifican su testamentos. En este último caso, si los ciudadanos no quieren que su expareja disfrute de sus bienes al fallecer, los abogados recomiendan que actualice el testamento que se redactó durante el matrimonio, en el que la otra parte figura como beneficiaria, ya que, aunque la lógica sugiere que si el matrimonio se disuelve, se pierde el estatus de cónyuge y, en consecuencia, se anula el legado correspondiente, la jurisprudencia muestra que esta interpretación no siempre prevalece.

Para garantizar que las últimas voluntades del testador se cumplan y que la herencia sea recibida por las personas designadas, es esencial redactar el testamento con máxima precisión. Los abogados recomiendan evitar plantillas genéricas y, si se redacta mientras la pareja sigue unida, es importante añadir una cláusula que indique que el legado al cónyuge será válido únicamente mientras exista el vínculo matrimonial. Esto clarifica la intención del testador.

Otra opción posible es anular el testamento anterior y redactar uno nuevo para evitar malas interpretaciones. Esto permite reflejar los deseos actuales del testador de manera clara y precisa, asegurando que los beneficiarios entendidos en el nuevo documento sean los apropiados y se minimicen posibles disputas legales.

Derechos hereditarios de los cónyuges

En España, los derechos hereditarios del cónyuge viudo varían significativamente dependiendo de la existencia o no de un testamento.

En caso de su ausencia, la ley otorga tanto al cónyuge como a los hijos y padres del difunto la condición de heredero forzoso. A estos herederos les corresponde la legítima, la porción de los bienes del fallecido que la ley reserva obligatoriamente para determinados herederos. La porción de la herencia que corresponde al cónyuge viudo varía según si concurre con hijos o descendientes, ascendientes, o ninguno de ellos:

  • Si concurre con hijos o descendientes, tiene derecho al usufructo del tercio destinado a mejora.
  • Si concurre con ascendientes, pero no con descendientes, tiene derecho al usufructo de la mitad de la herencia.
  • Si no concurre ni con descendientes ni con ascendientes, tiene derecho al usufructo de dos tercios de la herencia.

Por otro lado, si la persona fallecida elaboró un testamento, los derechos del cónyuge sobreviviente pueden verse reforzados en él, algo bastante habitual, ya que los cónyuges suelen desear que el sobreviviente disfrute de los bienes heredados hasta su fallecimiento, especialmente de la vivienda que ha sido la residencia familiar.

Por ello, para evitar malentendidos o disputas legales, es esencial que los testadores revisen y modifiquen sus testamentos tras un divorcio, o cuando cambian las circunstancias personales, asegurándose de que sus deseos queden claramente especificados.