Juan Gómez: “El acoso escolar es algo que tenemos mucho más cerca de lo que creemos”

Por lo general, el acoso puede identificarse a través de tres características: intención, repetición y poder. Un acosador tiene la intención de causar dolor, ya sea a través del daño físico o de palabras o comportamientos hirientes, y lo hace de manera repetida. Los niños tienen más probabilidades de ser víctimas de acoso físico, mientras que las niñas suelen sufrir acoso psicológico. Más que un incidente aislado, el acoso es un patrón de comportamiento. Los niños que acosan a otros suelen tender a un estatus social más alto o una posición de poder, es el caso de niños que son más grandes o fuertes o considerados “populares”. Los niños más vulnerables se enfrentan a un riesgo mayor de ser víctimas de acoso. Normalmente, se trata de niños de comunidades marginadas o de familias pobres, niños con identidad de género distinta, con discapacidades, migrantes o refugiados.