Herencia y formación, claves para las jóvenes enólogas que renuevan los vinos de Alicante

Tenía 22 años, una licenciatura en Biología y ni siquiera bebía vino. Pero quería hacer "algo distinto". Hoy, a los 39, Marta Ribera gestiona su propia bodega en su localidad natal, Villena, donde se estableció tras ampliar los estudios realizados en la Universidad de Alicante cursando, en la de València, Enología. Es una de las 14 mujeres que ejercen ese trascendental papel en otras tantas bodegas envasadoras de las 29 que pertenecen a la DOP Alicante.

"Quise seguir estudiando, y empecé la licenciatura de Enología muy insegura, sin saber si me iba a gustar, pero en dos semanas descubrí que me encantaba; me enamoré", explica Marta. "Me encantó, primero, porque venía de una carrera en la que éramos 150 alumnos por clase y aquí éramos veinte; había muy buen ambiente y, después de haber estudiado muchísimo en Biología, me resultó más fácil y pude disfrutar más la vida como universitaria".

Tenía 22 años, una licenciatura en Biología y ni siquiera bebía vino. Pero quería hacer "algo distinto". Hoy, a los 39, Marta Ribera gestiona su propia bodega en su localidad natal, Villena

En 2007, realizó unas prácticas en la bodega de Bernabé Navarro, en Villena. Quién le iba a decir que, algunos años más tarde, en esa misma ubicación iba a establecer su propio negocio, Casa Balaguer, una empresa familiar -su socio es su marido, también enólogo- especializada en la confección de vinos ecológicos y naturales a partir de variedades locales (Monastrell, Garnacha, Rojal, Tortosina, Moscatel y Malvasía) sin ningún tipo de aditivos. "Nuestro vino es zumo de uva fermentado", resume.

Marta Ribera nos cuenta lo difícil que resultó "empezar de cero",  y cómo "después de dar muchos tumbos", comprendieron que, en lugar de tratar de adaptar su producto al gusto del consumidor mayoritario, debían elaborar vinos "a nuestro gusto", y que fuera el consumidor quien se acercara a ellos. Y a partir de 2018 se centraron en la elaboración de vinos naturales. "Y desde que estamos haciendo lo que queremos y confiamos en nosotros, nos va bien". 

En su bodega reciben visitas del público interesado, el enoturismo es un campo al que las bodegas alicantinas se han abierto con decisión. En cuanto a la venta, lo más significativo de Casa Balaguer es que el 90% de su producción se vende en el extranjero. El consumidor español aún no demanda tanto el vino ecológico y natural como lo hace el alemán, inglés u holandés, principales receptores de sus vinos.

Esta implicación en otros aspectos del negocio que van más allá de la técnica enológica es común entre las profesionales que trabajan en Alicante. “Muchas enólogas están coordinando todas las etapas del proceso de elaboración de vino, desde la supervisión de las técnicas de viticultura hasta el marketing y comercialización del producto final. Su presencia en todas las etapas ha supuesto un cambio en el estilo de vinos comercializados”, según explica Nuria Martí, profesora de enología del Master de Viticultura y Enología de la Universidad Miguel Hernández.

Nerea Tomás, enóloga de Bodegas Fuego Lento, en Villena Cedida

Y el vínculo familiar, el haber crecido en un entorno de viñas y barricas, también es frecuente entre ellas. Es el caso de Nerea Tomás (bodega Fuego Lento), tercera generación de enólogos de su familia. "Mi abuelo tenía en Villena una bodega familiar, pero al fallecer se perdió todo. Mi padre lleva más de 30 años en el sector y siempre ha soñado con que mi hermana o yo siguiéramos sus pasos. Y yo, después de estudiar tecnología de alimentos, me decidí a realizar un máster en viticultura y enología en Inglaterra y me fui involucrando y enganchando más a este mundo".

Antes de incorporarse a su trabajo actual, Nerea, que apenas tiene 30 años, ha viajado y elaborado vino en varios rincones del planeta de gran tradición vitivinícola, como California o Chile, "y he visto la calidad humana de la gente que se dedica a cuidar las viñas y elaborar sus vinos, haciendo de ello un estilo de vida; eso es lo que me gusta de mi profesión".

Antes de incorporarse a su trabajo actual, Nerea Tomás, que apenas tiene 30 años, ha viajado y elaborado vino en varios rincones del planeta de gran tradición vitivinícola, como California o Chile

Las comparaciones con el pasado son inevitables cuando se pertenece a una saga que abarca casi un siglo: "Es un mundo en constante movimiento". En primer lugar, "el clima está cambiando y las viñas sufren las altas temperaturas y periodos de sequía cada vez más largos", asegura. Y el negocio exige una constante renovación "porque hay muchas partes del mundo elaborando vino y cambiando las ideas preconcebidas de los vinos de éxito. Cada vez hay más gente que le apasiona probar nuevos vinos y la exigencia, añada tras añada, es mayor".  Y hoy en día, como otros territorios, "Alicante está sufriendo la presión de placas solares que compiten con el territorio de nuestros viñedos, modificando el paisaje".

Pedimos a la enóloga de Fuego Lento que aconseje a quienes sienten inclinación a seguir sus pasos profesionales: "Que se forme y disfrute con lo que hace. Hay que tener una visión global del mundo del vino porque cada vez hay más zonas productoras. Salir de la zona de confort, visitar y catar muchos vinos. Por supuesto apostar por el vino como parte de su día a día, por conservar el patrimonio de las regiones vitivinícolas y por poner en valor su trabajo"

El clima está cambiando y las viñas sufren las altas temperaturas y periodos de sequía cada vez más largos"

Nerea Tomás

El proyecto en el que Nerea Tomás está embarcada es singular. En los parajes alicantinos de L’Algaiat, en La Romana, y La Canalosa en el Fondó de les Neus, el vino Fuego Lento nace "de cepas muy antiguas, con un rendimiento muy bajo por hectárea; son vinos muy potentes, muy singulares, que requieren una vinificación especial, y un trato muy específico en el viñedo".  Su Monastrell Secano Extremo 2018 fue considerado como vino revelación en Verema 2021.

"Yo abogo por la apuesta de nuestras variedades autóctonas, que son la monastrell y la moscatel. Desde Bodega Fuego Lento y en general en toda la denominación, nos estamos centrando en hacer vinos con personalidad y auténticos, sin compararnos con nadie. Se ha vuelto la mirada hacia la viña, observando los procesos que hay en el campo, respetando los ciclos de la planta y mimando las cepas que son las verdaderas protagonistas". 

En el Instituto Valle de Elda, el único lugar de la provincia de Alicante donde se imparte el grado de vitivinicultura, un 65% del alumnado son mujeres

Antes de terminar nuestra conversación, Nerea no quiere dejar de mencionar a mujeres que son un referente en un mundo, el del vino, que hasta hace bien poco era predominantemente masculino: "Almudena Alberca, primera mujer Master of Wine,  enóloga de las bodegas Entrecanales Domecq e hijos, o Martina Pariente, directora técnica y comercial de bodegas Jose Pariente con su legado de bodega familiar; o Cristina Díaz, mejor sumiller de España 2022 con su restaurante Maralba, que tiene dos estrellas Michelin". 

Si el papel de la mujer en las bodegas ya es muy relevante, parece que en el futuro lo será aún más. En el Instituto Valle de Elda, el único lugar de la provincia de Alicante donde se imparte el grado de vitivinicultura, un 65% del alumnado son mujeres. 

María Luisa Piñero, enóloga en la cooperativa La Algueña. Cedida

La herencia también fue clave en la vocación de María Luisa Piñero, que trabaja junto a su padre, enólogo como ella, en la Cooperativa de La Algueña. "Me he criado entre los viñedos y la bodega". María Luisa estudió Bioquímica en la Universidad de Murcia y Químicas en la UNED y desde los 26 años -tiene 31- trabaja en la cooperativa, donde las tareas varían según la época del año. Estas fechas invernales son las mejores para el enoturismo: "Ahora se hacen muchas visitas porque es la época idónea; lo que hacemos es explicar el proceso desde la viña hasta el embotellado, organizamos catas...".

Uno de los productos que más atrae a los visitantes es el fondillón, el histórico vino que durante siglos extendió su fama por Europa, estuvo en trance de desaparecer y en los últimos años resurge de sus cenizas. 

Estas fechas son las mejores para el enoturismo: "Ahora se hacen muchas visitas porque es la época idónea; lo que hacemos es explicar el proceso desde la viña hasta el embotellado", explica María Luisa Piñero

Como hemos comprobado, la participación de jóvenes mujeres que unen el aprecio por la herencia de su tierra a un espíritu innovador, está influyendo en la transformación del sector del vino. “Muchas enólogas están coordinando todas las etapas del proceso de elaboración, desde la supervisión de las técnicas de viticultura hasta el marketing y venta. Su presencia en todas las etapas ha supuesto un cambio en el estilo de los vinos comercializados”, concluye Nuria Martí,  profesora de enología del Master de Viticultura y Enología de la universidad Miguel Hernández.