Fede Fuster: "Los turistas no deben estar en viviendas, sino en alojamientos reglados"
La Comunitat Valenciana vive un momento dulce para el turismo. ¿Se puede seguir creciendo o nos acercamos al límite?
Queda mucho. Por ejemplo, las cámaras de Comercio de Valencia y Alicante, han hecho un estudio sobre el desarrollo de los últimos años de los aeropuertos y la progresión que llevan. Hay bastante margen para crecer. Además, sobre todo para las nuevas generaciones, su prioridad de gasto ya no está tanto en comprar bienes materiales, sino en vivir experiencias, en salir y viajar. Y ya somos 8.000 millones en el planeta. Cada vez hay más clase media, así que los viajes van a ir a más. Por eso hay que planificar bien los destinos. Hay que tener en consideración a la hora de financiar los municipios turísticos, no solo el censo, sino las plazas hoteleras. Y apostar sobre todo por el establecimiento reglado, que es el que aporta valor.
Sobre esto último, se trabaja en una ley autonómica para controlar el alquiler turístico. ¿Le parece suficientemente ambiciosa?
Está aún un poco en borrador. Hemos tenido ya alguna reunión con la Conselleria y con otros sectores afectados. Nosotros partimos de la base que el uso de un edificio residencial no es compatible con el turístico. Igual que no puedes fabricar azulejos en un quinto, ni montar un gimnasio en un sexto, no entendemos por qué se puede hacer un alojamiento turístico ahí. Pero, dentro de una normativa ordenada, pueden tener su lugar porque hay una tipología muy específica de alojamientos que puede aportar valor al mercado.
Muchos otros que proliferan ilegalmente están dejando una mala imagen del alojamiento turístico.
Esto es lo que más nos preocupa. Siempre hemos tenido muy buen equilibrio entre el turista y el residente. Estos problemas y la turismofobia nacen con las grandes plataformas tipo Airbnb. Ahí es donde nace el divorcio. Nosotros queremos volver a estar bien avenidos. Hay que tomar decisiones. Muchas de ellas están en manos de ayuntamientos, porque el uso de los bajos está contemplado en los planes generales. O los ayuntamientos se ponen ya a modificarlos y a establecer una zonificación y un orden para este tipo de actividades o con el Plan Simplifica, directamente con declaración responsable, se van a abrir. Toca hacer los deberes.
Ha hablado de turismofobia. ¿Entiende las críticas de la ciudadanía a ese turista que le molesta?
No sola las entiendo, es que las comparto. Tienen razón. Los turistas no deben estar en viviendas residenciales, tienen que estar en alojamientos reglados, en hoteles. Los usos que hacen el residente y el turista, los horarios, los medios de transporte, etcétera, son diferentes. Es lógico y normal que la ciudadanía esté criticando este modelo.
La situación hotelera
En esos establecimientos, solo en la ciudad de València hay paralizadas un centenar de licencias de hoteles. ¿Le preocupa que este atasco no se diluya?
Preocupa mucho. Además, el ayuntamiento ha paralizado los cambios de uso de residencial a terciario y eso ha bloqueado todos los proyectos hoteleros porque no hay suelo terciario en la ciudad. Esto va a empeorar más el problema de València, que tiene poca oferta para ser la tercera ciudad de España. Esos proyectos que hay paralizados en los cajones del ayuntamiento aliviarían algo la situación. Pero aunque salieran todos adelante, apenas son 2.000 plazas. No va a suponer un cambio relevante. Y, como no se ha invertido en establecimientos hoteleros en los últimos años, existe hoy un desequilibrio, porque ha crecido todo lo que es vivienda ilegal en sitios que generan mucho conflicto con el residente. No es el modelo que pensamos que tiene que tener València. Se debe facilitar la inversión en proyectos hoteleros y derivar a los turistas a dónde deben estar, que es en la economía reglada.
¿Cuántas plazas hoteleras faltarían entonces?
València tiene 22.000 plazas. Benidorm, por poner un ejemplo, tiene 40.000 y ciudades parecidas como Málaga o Sevilla, tienen muchas más plazas que València en proporción. Yo creo que le faltarán, por lo menos, entre 4.000 y 6.000 más.
En este tiempo, el viajero internacional está tirando del carro en afluencia y gasto. ¿Por qué se está dando ese incremento tan significativo?
En general hay un boom turístico a nivel mundial. La gente cada vez viaja más y en la Comunitat Valenciana hemos hecho muy bien las cosas, sobre todo en el momento crítico que fue la Covid. Invertimos y aprovechamos esos cierres hoteleros para mejorar nuestra planta hotelera. Cada vez tenemos productos más diferenciales en todos los segmentos de mercado. Por eso, cuando nos hemos puesto en marcha otra vez, pues estábamos los primeros en la parrilla de salida.
Ha hablado antes de la expansión de Manises y del aeropuerto de Alicante. ¿Cree que se llega tarde a abordar estas inversiones?
Llegan tarde y las cifras son poco creíbles. El Ministerio habla de una inversión de 1.000 millones entre los dos aeropuertos, pero Aena tiene las inversiones topadas en 450 millones al año para toda España. Entonces, si van a invertir 1.000 millones en nuestros dos aeropuertos, ¿cuándo y en cuánto tiempo lo harán? No me lo acabo de creer. Si es verdad que hay cosas que nos gustan. Tienen bien dimensionado la inversión en cuanto a la terminal de Valencia, que hay que mejorarla y ampliarla.
¿Qué volumen de pasajeros cree que podría asumir Manises con esta ampliación?
Pues probablemente podrá llegar a un volumen como el de Alicante, que tiene ahora 16 millones de pasajeros. A partir de ahí ya necesita empezar a pensar, igual que en Alicante, en una segunda pista. Pero bueno, esa decisión en Valencia aún está lejos, porque aún tiene recorrido.
Imserso y empleo
Cambiando de tema, se acerca una nueva temporada del Imserso y no hay señales que indiquen una actualización de precios. ¿Habrá desbandada de hoteles valencianos del programa?
Sí. Ya hubo desbandada el invierno pasado. Menos hoteles contrataron con el operador del Imserso y los que contrataron les dieron mucha menos capacidad. Si esto sigue igual, el año que viene será peor. Esto es lo que quiere el Ministerio, acabar con el programa y en vez de simplemente cerrarlo pues lo que hacen es estrangular a la industria turística para que parezcamos nosotros los malos. Pero es que no podemos dar el servicio por el precio que nos pagan. Y ya no solo eso, donde necesitamos que el programa nos traigan gente es en el invierno más duro, en diciembre, en enero o en febrero. Porque al final su objetivo es que viajen los mayores, pero también que los trabajadores sigan activos y las empresas hoteleras estén abiertas junto a sus proveedores.
Hablemos del empleo. Se ha denunciado la falta de trabajadores en el sector, pero también hay criticas sobre las condiciones que se ofrecen. ¿Cree que son justas?
No. Evidentemente todo es mejorable, pero es injusto porque en nuestro caso lo que nos suele pasar, y no quiero ofender a nadie, es que la gente mezcla hostelería y hotelería. Cuando veo casos especialmente sangrantes siempre es en hostelería, no en hoteles. Creo que se generaliza injustamente. En los establecimientos que nosotros tenemos en Hosbec hay estructuras muy bien definidas, con cargos directivos, con recursos humanos, con delegados sindicales y comités de empresa. Y las condiciones están muy bien, muy por encima del convenio. Y se cumplen. A todos los sectores productivos de la Comunitat Valenciana les hace falta personal, no solo al turismo. E insisto, las condiciones están ahí. En las tres provincias hay convenios vigentes.
¿Situaciones como la subida del alquiler están impidiendo también encontrar empleados?
Sin ninguna duda, no tanto como quizá en Baleares y Canarias, pero es verdad. Aunque también hay que decir que suelo urbanizable, donde los promotores y los constructores puedan desarrollar, hay muy poco. Y si hay mucha demanda y poca oferta, pues los precios están altos. Además, vuelvo a insistir. Cada vez hay más gente que está sacando sus viviendas del mercado de alquiler tradicional, donde los trabajadores pueden encontrar vivienda, y las están metiendo en estas plataformas que les son mucho más rentable. Esto está también haciendo que la situación se retroalimente.
Empresa familiar con planes futuros
Vayamos a su firma. Este mayo cambió su nombre por el de Climia. ¿Se abre una nueva etapa?
Personalmente nunca me ha gustado nuestra marca, que era GF Hoteles, porque las siglas cada vez me dicen menos. Climia personifica mucho el clima que se vive en nuestros hoteles. Transmitimos al mercado nuestra personalidad y que hay una nueva generación a los a los mandos de la empresa con voluntad de crecer.
Justamente, es la tercera generación al frente de la compañía. ¿Qué ventaja ofrece el ser una firma familiar en el negocio turístico?
En primer lugar, que cada establecimiento es nuestra casa y lo ha sido siempre. Cuando voy al Benidorm Plaza, que era el hotel de mi padre, yo a mis hijos le digo que vamos al hotel del abuelo. Entonces, cualquier decisión que tomes en cuanto a inversión o a mejora, lo vivimos en primera persona. Y, además, creo que es muy bueno también para el territorio, porque cuando nosotros decidimos, por ejemplo, repartir dividendos, estos se quedan en la zona. Las empresas familiares aportamos un ancla al territorio y estamos mucho más comprometidos. Nosotros somos la industria más patriota que existe porque no la podemos deslocalizar.
En esa implantación, va a gestionar el hotel Lunic impulsado por David Silva y Juan Planes en Sagunt. ¿Cómo de importante va a ser la implantación de la gigafactoría para negocios como el suyo?
Aquella zona está pegando un cambio muy importante. PowerCo es una noticia fantástica que va a tener un impacto total, pero al final es la guinda del pastel. Hay mucho más en ese parque empresarial. Además, nos decía el alcalde que el censo está creciendo en casi mil personas al año. La gente está viendo que Sagunt es una ciudad de oportunidades, donde puedes hacer una carrera profesional importante y eso le da vida. Vemos muchas cosas positivas y creo que falta un nexo de unión para todas esas empresas que esperamos que sea el hotel Lunic.
¿Se plantea otras aperturas en la provincia de Valencia?
Sí. En la actualidad estamos viendo un edificio en València, pero es difícil y sabemos que hay otros interesados. Hemos tenido hoteles en Barcelona, también en Vigo, pero siempre ha sido con otros socios donde la operativa la han llevado otros. También tengo pendiente una visita a Castellón. La verdad es que sí nos gustaría expandirnos y crecer. Tenemos un equipo muy joven y preparado para ello. Hay oportunidades y además hay demanda. Estamos acortando distancias respecto a otros destinos como Baleares, Andalucía y Canarias que nos habían tomado la delantera y si seguimos haciendo bien las cosas, pues pondremos a la Comunitat Valenciana aún mejor posicionada.
Y más allá del horizonte valenciano, ¿algún plan internacional?
Una cosa que creo que nos falta al hotelero valenciano es esa internacionalización. Tenemos algunos que han dado el salto al Caribe, a Emiratos Árabes o a México, pero nos faltan más. Y además hay firmas potentes, con un gran know how, que creo que podrían asumir proyectos muy interesantes. En nuestro caso, creo que es pronto para asumir algo así, pero quizá con buenos compañeros de viaje, en una joint venture con otras cadenas en un momento dado, nos atreveríamos.