En busca de la felicidad de la mano de Encuentros Empresariales

Leopoldo Bernabeu

En ocasiones nos cuesta explicar que significa la felicidad, sobre todo si quien nos pregunta, nos obliga a resumirlo en unas pocas palabras. Y resulta que es un elemento fácil de lograr y siempre dispuesto a situarse al alcance de nuestra mano. El ser humano es el precursor de su propio destino. Si no lo crees, echa un vistazo a tu trayectoria, ni siquiera es necesario que sonrías pensando que es una tontería lo que acabas de leer. Cállate, reflexiona en voz baja y concluye en el repaso de acciones que podrías haber llevado a cabo para hacer que tu vida hubiera resultado mucho más sencilla y feliz… de lo que seguramente ya lo es.

Es esta una forma de empezar la reflexión que ayer me estuvo rondando por la cabeza durante las horas que pude disfrutar con un importante grupo de empresarios, que decidieron hacer de una jornada entre semana cualquiera, un día excepcional. El jueves 29 de febrero podría haber rellenado la memoria de cualquiera de los que fueron a disfrutar a “Mariscos a los Bestia”, de los mismos problemas y soluciones que cualquier otro, pero no fue así, y ahora quedará grabado durante mucho tiempo como un día perfecto y completo en compañía de amigos que ya lo eran y otros que han empezado a serlo…para siempre.

Eso es Encuentros Empresariales. Llevamos 16 años disfrutando una comida de hermandad el último jueves de cada mes, y seguimos igual que el primer día. Cuando nos preguntan en que consiste ese círculo de amigos, nos empleamos a fondo en intentar explicarlo. Las fotos y las horas que pasamos juntos este jueves 29 de febrero, lo resumen, sobran las explicaciones. Sencillo: un creciente grupo de sufridores empresarios, abnegados en la titánica tarea de sacar adelante sus empresas, certifican una vez al mes con el ejemplo, que el cementerio está lleno de ricos que no supieron disfrutar la vida, aunque fuera un poquito.

El año pasado ya tuvimos la ocasión de subirnos a un autobús y marcharnos hasta Lorca para conocer esa leyenda del marisco por paladas de la todo el mundo habla. La aventura sembró tal nivel de alegría que se aprovechó el momento para cerrar la fecha del año siguiente. Autobús y medio de empresarios tuvo claro que un día más de trabajo en sus vidas no les iba hacer más ricos ni más felices. Hoy, un día después, saboreamos todos el acierto con mucho gusto.

De nuevo, el tándem formado por Pedro Lucas y Antonio Alcaraz, con la inestimable implicación de un todoterreno como Miguel Torres, obró el milagro. La felicidad volvió a coger cuerpo y salió a la palestra de los ejemplos que se escenifican para no tener que dar explicaciones. Comer y beber, que siempre es un placer, volvió a quedar en un segundo plano. Los abrazos, los besos, la alegría, las conversaciones, la música, los bailes, la felicidad en definitiva, volvió a hacer correr ríos de magnanimidad entre los miembros de Encuentros Empresariales. Hasta la próxima.