El turismo en Benidorm busca su futuro con las tapas: «Los británicos se nos atragantan un poco con el pulpo»

Si algo han demostrado en Benidorm desde que cimentaron su fama como destino turístico de primer orden en España es que están obligados a reinventarse, una y otra vez. A evolucionar sobre la base del 'sol y playa'. ¿Dónde han puesto ahora su rumbo? En las tapas y en «educar a los británicos», sobre todo, para que interioricen que deben «comer bien» durante su estancia.

«Nosotros lo que tenemos que trabajar, el quid de la cuestión, es un turismo sostenible, rentable a largo plazo», ha explicado Diego Salinas, gerente de la asociación de restaurantes Abreca, en un debate del último programa 'La última noche' de Telecinco.

¿Y qué quiere decir ese concepto que podría hacer pensar en clave de ecología o menos contaminación? En realidad, la apuesta va por otros derroteros. «Si tú consumes el recurso y lo echas a perder, no vas a poder seguir explotándolo, se trata de hacerlo a menor ritmo del que se regenera», ha aclarado el directivo de esta agrupación hostelera.

Ganadores del concurso de tapas y pinchos en su última edición, junto al gerente y el portavoz de Abreca, y el alcalde de Benidorm. ABC

Más en detalle, a preguntas de la moderadora, Salinas ha revelado que esta estrategia se está apoyando en la gastronomía y en un hábito tan exclusivamente español como tomar los aperitivos. Máxime en Benidorm, donde casi la mitad de los turistas que llegan -un 45%- son británicos.

«Estamos trabajando en un turismo de calidad, que tengan la cultura del arroz, la cultura de la tapa… con el pulpo se nos atragantan un poco, y ya van entrando y cada vez van dejando tickets más altos y elevamos la calidad», ha señalado.

Esas consumiciones de más importe también repercuten en el empleo, tal como subrayó el portavoz de Abreca, Alex Fratini, en declaraciones a ABC, al informar de los últimos datos de contrataciones en el sector, con casi 5.000 puestos de trabajo a fecha de junio, casi el doble que al empezar el año 2023.

La relación está en que este mayor consumo compensa la inflación y los mayores costes, en general, para los hosteleros, en la actual coyuntura económica.

De momento, un indicio de que parecen ir por buen camino ha sido el balance de su concurso anual de tapas, que en la edición de este año recibió 1.700 votos de participantes, turistas de todas las procedencias.