El Ministro de Consumo visita Altea para tratar el problema de las viviendas turísticas sin licencia
La Corporación Municipal recibió ayer al Ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy. El objetivo era tener una reunión de trabajo con el primer edil, Diego Zaragozí, los portavoces de los grupos del Equipo de Gobierno, y el concejal del área, José Orozco, sobre el Plan del Ministerio para investigar la publicidad de viviendas turísticas sin licencia .
El Equipo de Gobierno ha expresado su interés en colaborar con la investigación que está llevando a cabo el Ministerio sobre la publicidad de viviendas turísticas sin licencia. Según el estudio realizado, un 9,2% de las viviendas ofertadas en plataformas digitales en Altea carecen de licencia turística, y más de un 12% del total de viviendas del municipio se destinan a esta actividad. Se trata de una iniciativa, comunicada a la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) desde la Dirección General de Consumo, que busca abordar la problemática de las viviendas turísticas en nuestro municipio y su impacto en la economía y la calidad de vida de la ciudadanía alteana.
El alcalde de Altea, Diego Zaragozí, valora muy positivamente la visita del ministro afirmando que “hemos sido pioneros con la suspensión temporal de nuevas licencias al tiempo que hacemos un estudio para diagnosticar, estudiar y participar con la ciudadanía para ordenar y regular la vivienda turística en Altea, y en caso de que siga necesario, poder tomar medidas que alegren la presión turística en determinadas zonas del pueblo, y estamos muy contentos de que el Ministerio se haya interesado por nuestro trabajo”.
El concejal de Urbanismo y Medio Ambiente, Jose Orozco, ha señalado que “el estudio, que ya está en marcha en este momento, busca realizar un diagnóstico real que tenga en cuenta los beneficios y los impactos de la vivienda turística en el pueblo de 'Altea. Es un trabajo de campo, consulta y participación ciudadana para conseguir una propuesta de regulación que se sustentará en dos líneas básicas: la protección del derecho a la vivienda y la protección del entorno urbano. Todo esto, teniendo en cuenta variables como la movilidad, la contaminación y la sobreexplotación de los espacios naturales; o el mantenimiento de la identidad cultural que haga de Altea un destino de una experiencia auténtica y no de una cultura de consumo superficial”.