El mayor logro de la Ley de Vivienda tras un año: un tercio de los propietarios ha quitado su piso del mercado por sus restricciones
Dicen que el infierno está alfombrado de gente con buenas intenciones. Y desde luego se pueden encontrar similitudes entre este refrán y la Ley de la Vivienda aprobada hace un año en España.
La intención era buena. Lograr que la escalada de precios se frenara, que la vivienda fuera más accesible, que los vulnerables no tuvieran tanta dificultad para poder tener un sitio donde vivir. Pero de momento lo que se ha visto es un efecto muy distinto.
La Ley de Vivienda ha sido una ley muy pro-inquilino. Y los efectos no se han hecho esperar: un tercio de los propietarios han quitado sus viviendas de alquiler. Las restricciones asustan.
La gente actúa según incentivos
La economía es más compleja de lo que algunos políticos se piensan. La gente actúa según los incentivos y si cambias una ley que trata de balancear derechos de inquilinos y ventajas de los propietarios habrá consecuencias. Si la ley se transforma en muy pro-inquilinos, los propietarios retirarán sus pisos del mercado, como se ha podido ver.
Si la ley se transforma en muy pro-propietarios seguramente la oferta aumente, aunque quizá algunos inquilinos busquen otras opciones porque tampoco les gusta la inseguridad. Pero en un entorno en el que la demanda es mayor que la oferta hay que crear incentivos para que hay más oferta, no lo contrario, que es justo lo que se ha hecho desde el punto de vista legislativo.
¿Ha sido un accidente?
Otro punto a considerar es si los efectos de esta ley son un accidente, algo que realmente los legisladores no sabían que podía pasar. Puede que simplemente sepan que no había forma de solucionar el problema y legislar de forma pro-inquilino es una forma de aparentar que hacen algo, se congracian con un perfil de votantes y además luego echan la culpa a los propietarios por actuar según los incentivos que han creado.
Ya sea por desconocimiento o por maldad lo que está claro es que la Ley de Vivienda ha tenido una consecuencia contraria a los objetivos de la ley, que era hacer la vivienda más asequible. Que haya desaparecido oferta lo único que consigue es que sea más cara.