Benidorm: cómo ser la tercera ciudad más eficiente del mundo en uso de agua
Cuando hablamos de turismo sostenible probablemente no nos venga a la cabeza Benidorm, pero los gerentes del destino llevan años trabajando en su sostenibilidad y los resultados están ahí. Por ejemplo en el consumo de agua, uno de los problemas más acuciantes para el planeta por el cambio climático, especialmente en países como España. Pues ese trabajo ha dado sus frutos, colocando a Benidorm como la tercera ciudad del mundo más eficiente en el uso hídrico, sólo por detrás de Tokyo y Singapur. ¿Cómo lo hace?
Benidorm ocupa la tercera posición, y la primera en Europa, en el ranking mundial de eficiencia en uso de agua de la IWA (International Water Association), que mide las pérdidas hídricas en las grandes ciudades. Detrás de este logro se encuentra, además de la reutilización de aguas regeneradas, el uso de la tecnología para el mantenimiento preventivo de las canalizaciones.
Desde Dinapsis, centro de operaciones y servicios digitales que aplica la transformación digital para la gestión sostenible del agua y la salud ambiental del entorno, tienen analizadas todas las canalizaciones de agua para estimar con inteligencia artificial su vida útil en función del material con el que están hechas, su inclinación y su proximidad a la superficie, entre otros factores. El objetivo es renovar las tuberías más críticas del municipio antes de que empiecen a dar problemas.
También tienen segmentado el municipio y utilizan la tecnología para contabilizar en cada área el flujo hídrico que entra y el consumo que realiza la población. De este modo, según ha explicado la directora de Dinapsis, María Tuesta, si registran un desajuste entre ambas cifras el propio sistema avisa de que en esa zona se está produciendo una fuga de agua que puede emerger hacia la superficie… o no.
En el alcantarillado introducen asimismo periódicamente cámaras digitales que hacen fotos de los conductos y si detectan algo que no debería estar ahí, sobre todo tapones de toallitas, pero también hasta escombros de una obra, la inteligencia artificial vuelve a ser la que advierta a la humana de que algo pasa.
Como tienen localizado dónde está el problema gracias a esas imágenes, en las que además pueden ver cuál es el material a retirar, introducen dos grandes tuberías a ambos extremos, una para insuflar aire, agua o incluso rastrillar, en función del material, y otra para aspirarlo. Evitan así problemas a la ciudadanía antes de que se produzcan.