Arqueólogos descubren una civilización submarina perdida utilizando tecnología de campo magnético
Cuanto más tiempo transcurre desde el auge de una civilización antigua, más envuelta en misterio se vuelve. Este enigma creciente es el desafío principal para los arqueólogos, quienes dedican su vida a desentrañar los secretos del pasado. Sin embargo, los efectos implacables del tiempo y los procesos naturales hacen que esta tarea sea extremadamente difícil. Los arqueólogos solo pueden estudiar los artefactos que han logrado sobrevivir miles de años de cambios impredecibles en la naturaleza, lo que frecuentemente elimina gran parte de la evidencia histórica.
Aunque la ciudad perdida de Atlantis como civilización, descrita por Platón, parece existir solo en leyendas, esto no ha impedido que las personas mantengan la esperanza de encontrarla. La idea de que una civilización antigua pueda estar oculta bajo las aguas inspira una curiosidad interminable. No obstante, mientras esta idea sigue siendo atractiva miles de años después de los escritos de Platón, no es raro que los arqueólogos encuentren evidencia de comunidades perdidas en las profundidades marinas.
Un ejemplo claro de esto es el caso de una estatua romana antigua, donde ciudades que alguna vez estuvieron en tierra firme ahora se encuentran sumergidas debido a cambios en el nivel del mar y otras fuerzas naturales. Aunque estos descubrimientos no evocan la misma maravilla sofisticada que las imaginaciones sobre Atlantis, una civilización antigua perdida ha sido objeto de gran interés arqueológico en las últimas décadas debido a su capacidad para cambiar nuestra comprensión de la antigua Europa y su civilización.
Los investigadores intentan esclarecer la nueva civilización descubierta
Según National Geographic, las Islas Británicas han sido islas solo durante los últimos 6,000 años. Antes de eso, estaban conectadas al resto de Europa por una región conocida como Doggerland como civilización. La existencia de esta área no solo explica cómo los primeros humanos pudieron expandirse por Europa sin enfrentarse al Mar del Norte, sino que Doggerland era mucho más que un simple puente de tierra.
Para los primeros parientes de la humanidad, Doggerland era un paraíso y una gran civilización. National Geographic informó que, al final de la última Edad de Hielo, Doggerland era una región exuberante con colinas onduladas, valles densamente boscosos, humedales y pantanos. Esto le permitió sostener una sociedad de cazadores-recolectores en una época en que gran parte del mundo no podía hacerlo.
Es desalentador saber que esta antigua área no se llamaba Doggerland debido a una abundancia de perros. En cambio, The Guardian informó que el nombre se basa en una franja de lecho marino conocida como Dogger Bank, que habría sido parte de la región. El banco toma su nombre de los barcos pesqueros «dogger» que navegaban por la zona durante el siglo XVII. Según The Guardian, Doggerland existió durante suficiente tiempo como para que no solo los primeros humanos pudieran alimentarse allí, sino también los seres que los precedieron.
Esto no se limita a los neandertales como civilización, ya que incluso el ancestro común que la humanidad comparte con ellos, conocido como Homo antecessor, tuvo la oportunidad de deambular por esas tierras antiguas. Los residentes de Doggerland migraban en busca de animales para cazar y peces para pescar, pero también recolectaban fuentes locales de alimentos vegetales. Las avellanas y las bayas eran ejemplos notables de lo que uno podría encontrar en Doggerland.
Dado que Doggerland una vez conectó el Reino Unido con los Países Bajos (entre otras naciones), ocasionalmente han aparecido artefactos que datan de miles de años en las playas holandesas. Y aunque los empleados del Museo Nacional de Antigüedades en Leiden a menudo ayudan a analizar estos artefactos, The Guardian informó que no son los arqueólogos quienes suelen encontrarlos.
Estos descubrimientos han proporcionado una visión fascinante de la vida en Doggerland. Los hallazgos incluyen herramientas de piedra, restos de viviendas y evidencia de actividades de caza y recolección. Cada artefacto ofrece una pequeña ventana a un mundo que una vez estuvo lleno de vida, pero que ahora yace bajo las aguas del Mar del Norte.
La historia de Doggerland no solo es un testimonio del ingenio y la adaptabilidad de los primeros humanos en esta civilización, sino también un recordatorio de la naturaleza cambiante de nuestro planeta. A medida que el nivel del mar subía al final de la última Edad de Hielo, Doggerland fue lentamente sumergida, forzando a sus habitantes a adaptarse o a migrar a nuevas tierras.
Hoy en día, la investigación sobre Doggerland continúa como civilización, con científicos utilizando tecnología avanzada como el sonar y la sísmica para mapear el lecho marino y descubrir más sobre esta antigua tierra. Estos esfuerzos no solo enriquecen nuestro conocimiento del pasado, sino que también subrayan la importancia de la arqueología subacuática como una herramienta crucial para entender la historia humana.
Los descubrimientos en Doggerland han revolucionado nuestra comprensión de la prehistoria europea y han demostrado que, incluso después de miles de años, el pasado aún tiene mucho que enseñarnos. La arqueología, con su capacidad para desenterrar secretos ocultos bajo tierra y agua, sigue siendo una ventana vital al pasado, iluminando las vidas y las sociedades que precedieron a la nuestra.
ÚLTIMAS NOTICIAS