La plaza de la iglesia fortaleza de la Vila Joiosa, un yacimiento clave para entender la presencia griega en Iberia en el s. V a.C.

Las obras, recientemente concluidas, han sido realizadas por la empresa CUPOLA Construcción y Restauración S.L., según proyecto y bajo la dirección de obra de Miguel Louis y Yolanda Spairani, del GIRA_UA (Grupo de Investigación en Restauración Arquitectónica de la Universidad de Alicante). Han sido financiadas al 50% entre la propia parroquia y el Ayuntamiento de La Vila Joiosa, gracias a un convenio trianual que se extiende hasta 2023. 

El sondeo ha sido dirigido por la arqueóloga Ruth Falcó Martí, junto a trabajos de seguimiento arqueológico y de arqueología de la arquitectura de las fachadas, para conocer su estado original y determinar, entre otras cosas, el color de los morteros a utilizar en su superficie. En la cata (de 1x1 metros y 0’80 metros de profundidad), bajo el pavimento actual de la plaza, a 30 centímetros, empieza un nivel de enterramiento de casi medio metro de potencia, con restos óseos humanos revueltos y cerámicas que coinciden con las fechas de este cementerio parroquial, desde el siglo XIV al XIX. Los restos están muy alterados por la humedad del suelo. 

Debajo de este nivel hay un estrato de tierras de colores que son derrumbes de adobes, o ladrillos de arcilla sin cocer. Un estrato similar se identificó en otros puntos de la plaza, y se pudo excavar en 2015 bajo el actual apartotel Casa Hermes. Allí la arqueóloga Ana Martínez documentó una pequeña parte de un área sagrada de los s. V y IV a.C., situada en el punto más alto del cerro del casco antiguo. Se cree que era un templo urbano, un espacio complejo con varias habitaciones, restos de decoración mural de color rojo y un banco para ofrendas, en las que se hallaron piezas singulares de gran calidad, muchas griegas. Entre ellas, apareció una de las estatuillas de cerámica de mayor calidad de la provincia, una cabecita de joven con petasos (sombrero griego). El edificio estaba construido con muros de tapial y adobe. En la Casa Hermes se ha conservado in situ parte de las estructuras y reproducciones de algunas piezas. 

Las fuentes antiguas hablan de tres colonias griegas en el sureste español: Hemeroskopeion, Alonís y Akra Leuké. De ellas, el único enclave cuya localización se conoce con seguridad es el Alonís, en la Vila Joiosa, ya que la ciudad romana conservó el nombre de Allon. Existe una importante discusión científica sobre el carácter de estas “colonias”, si realmente lo fueron o solo la presencia de mercaderes o barrios griegos en ciudades indígenas. La riqueza, abundancia y antigüedad de piezas griegas aparecidas en La Vila Joiosa, junto a otros indicadores, apuntan efectivamente a una presencia de población griega en la ciudad. 

El concejal de Patrimonio Histórico, Xente Sebastiá, ha destacado que “la importancia del sondeo recientemente practicado en los cimientos de la iglesia es que se confirma por primera vez que el estrato de esa época colonial griega se extiende por toda la plaza, más de 600 metros cuadrados”.

En 1300, con la creación de la Vila Joiosa, se arrasó el centro del cerro para terraplenar las murallas y crear una superficie plana para la nueva ciudad, con lo que muchos estratos antiguos desaparecieron, entre ellos los niveles romanos que hubo por encima, en esta misma plaza. 

El edil ha añadido que “milagrosamente se conservó esta fase de los siglos V y IV a.C., cuya futura excavación será clave para entender la presencia griega en Iberia, y si realmente existieron estas colonias griegas en el sureste”.