La empresa centenaria vilera Redsinsa protagoniza un reportaje en la revista “Argo: cultura i patrimoni marítims” que edita el Museu Marítim de Barcelona

El número 11 de la revista  “Argo: cultura i patrimoni marítims”, que edita el Museu Marítim de Barcelona este verano de 2023, dedica un reportaje a la empresa redera Redsinsa. Redsinsa, con más de dos siglos de trayectoria, está especializada en la confección de redes y cordelería y esta publicación especializada califica la entidad vilera como un caso extraordinario de adaptación de una empresa a la evolución tecnológica,  a los nuevos tiempos y necesidades mediante la fusión del trabajo artesanal tradicional y la industrialización.

El reportaje forma parte de la sección fija “Mar enllà”, destacada en portada, y otorga protagonismo a Villajoyosa en una revista divulgativa del patrimonio marítimo de primera línea, como cuna de la industria de redes e hilado naval española. El texto ha sido redactado por Ana Baldó, investigadora doctoral de este patrimonio local; el propio gerente de Redsinsa, Vicente Segrelles; y el director de Vilamuseu, Antonio Espinosa.

Redinsa fue creada en 1962 mediante la unión de seis sendas de hilado que ya funcionaban en 1778. En esta época, alrededor de 400 familias, lo que suponía el 75% de la población vilera, se dedicaban a los trabajos del esparto. Fue en el siglo XIX cuando se produjo el cambio al cáñamo, que resistía  mejor el aumento de potencia de los pesqueros tras la legalización de la pesca de arrastre (bous y trawlers) en toda la península. En esos siglos, la industria del hilado para pesca y cordelería naval de Villajoyosa era la más importante del país. 

Desde los años 60 del siglo XX, se reconvirtió a las nuevas fibras sintéticas y se produjo la concentración de antiguas sendas en Redsinsa para afrontar los nuevos tiempos con un mayor capital. Esta industria fabricaba no solo redes sino también cabos para embarcaciones que suministraba a los astilleros de la localidad. Precisamente, Villajoyosa llegó a ser la segunda matrícula naval de España en la década de 1860. Es decir, en ese momento consiguió ser el puerto que más barcos matriculaba del Estado, entre ellos, grandes goletas y pailebotes que surcaban los océanos hacia las colonias españolas.