FARO DE ALEJANDRIA - BENIDORM - ALFONSO X EL SABIO

Conferencia de Guadalupe Rodríguez Guardia.

Alfonso X era hijo del monarca castellano-leonés Fernando III el Santo y Beatriz de Suabia, hija del duque Felipe de Suabia, emperador electo del Sacro Imperio Romano Germánico. Nació en Toledo en el 23 de noviembre de 1221, festividad de San Clemente, en los antiguos palacios del Alficén, donde también fue bautizado.

Alfonso era nieto, por línea paterna, del rey de León Alfonso IX y de doña Berenguela, heredera de la corona de Castilla, como hermana del rey Enrique I, muerto a los catorce años. Ambos, doña Berenguela y Enrique I eran hijos del rey castellano Alfonso VIII, vencedor de las Navas de Tolosa el 16 de julio de 1212.

Alfonso se casó en 1246 con doña Violante de Aragón, hija del rey Jaime I el Conquistador y de su esposa Violante de Hungría. Las bodas se celebraron en Valladolid; la infanta tenía solo doce años, por lo cual se calcula que hasta tres años después no se consumó el matrimonio. La reina Violante estuvo a punto de ser repudiada por estéril. Pero quedó embarazada tras reposar en la ciudad de Alicante, tras su conquista en 1248.

También tuvo relación con doña Mayor Guillem de Guzmán, dama noble que le dio al menos tres hijos: doña Beatriz (llegó a reina de Portugal), doña Urraca y don Martín Alfonso (clérigo y Abad de Valladolid). Se tiene conocimiento de al menos otro hijo bastardo, de doña María Dalauda, llamado Alfonso “el Niño”, origen de una noble familia toledana. La reina doña Violante le dio al rey once hijos, de los cuales nueve llegaron a edad adulta. Cinco de éstos fueron varones, los infantes Fernando, Sancho, Pedro, Juan y Jaime. Excepto don Jaime, todos dejaron descendencia.

Alfonso se corona a sí mismo rey el 1 de junio de 1252 en Sevilla, a la muerte de su padre, como Rey de Castilla y de León, con treinta años, heredando el reino más importante de la Península Ibérica, y reinaría otros treinta y dos años, en unos años de crisis, tras el ascenso y plenitud de la primera mitad del siglo XIII. Antes de su coronación, Alfonso acometió diversas acciones bélicas contra los territorios musulmanes del sur, incluyendo la conquista de los reinos de Murcia (1245), Jaén (1246) y Sevilla (1248).

Alfonso X puso los cimientos que iniciarían el Estado Moderno en época de los Reyes Católicos, acometiendo importantes reformas legislativas (Fuero Real para las ciudades del país o el uso de las Cortes como instrumento de gobierno), los movimientos repobladores de los territorios conquistados y ciertas medidas económicas como la creación del Honrado Concejo de la Mesta de pastores en 1273, para proteger el comercio lanero, dándoles carta de privilegio en Toledo, fechada en 1276.

La notable expansión territorial y los problemas estructurales y sociales provocaron revueltas nobiliarias, crisis económicas y diversos problemas que ensombrecieron el reinado de Alfonso X.

Muertos Eduardo y el Papa, creyó que era su oportunidad para lograr la Corona Imperial. Sin embargo, tras un largo pleito, Alfonso renunció a ella en 1275, reconociendo como nuevo emperador a Rodolfo I de Habsburgo. Los años finales del reinado de Alfonso fueron convulsos, incluyendo la muerte de su heredero, Fernando de la Cerda, en 1275. Diversas rebeliones entre nobles y en su propia familia, además del fracaso de la toma de Algeciras en 1278. Tuvo también que hacer también frente a los benimerines, que consiguieron acercarse a Toledo en 1282, asolando las tierras, cautivando y matando a sus habitantes. Con la muerte del heredero y primogénito Fernando, se originó un problema sucesorio, pues el derecho romano de Las Siete Partidas ignoraba el tradicional derecho de sucesión al segundogénito (Sancho “El Bravo”), nombrando como sucesor a los “infantes de la Cerda”, hijos de Fernando. El rey se inclinó inicialmente por Sancho, pero presionado por ciertos familiares, buscó compensar a sus nietos, provocando un enfrentamiento con Sancho, que intentó evitar la creación de un reino en Jaén para el mayor de los hijos de Fernando, llamado Alfonso de la Cerda. Esto provocó una auténtica guerra civil, en 1282, del infante Sancho y buena parte de la nobleza, que convocó Cortes en Valladolid y depuso a su padre, Alfonso X, siendo apoyado incluso por la reina Violante. Alfonso, enfermo, se refugió en Sevilla. En 1282 Alfonso X deshereda a Sancho, llamándole impío, parricida, rebelde e ingrato; le maldijo y le deseó la muerte. Incluso consiguió que en 1283 el Papa Martín IV le excomulgase.

Una vez recuperado, Alfonso, con el apoyo del Papa y el Rey de Francia comenzó la recuperación del reino, ayudado por sus antiguos enemigos benimerines. Pero no vio finalizado su propósito, pues murió en Sevilla un 4 de abril de 1284, enfermo del corazón a los 63 años. Recibió sepultura en la Catedral de Sevilla y su corazón fue llevado a Murcia, donde siempre le fueron fieles.

Alfonso X puso en marcha un importante programa cultural desde el principio de su reinado, inspirado por la ciencia (astronomía, astrología, magia) y el derecho, incorporando más tarde la historia y la poesía. La lengua fundamental de los textos y su difusión entre los súbditos fue el romance castellano, constituyendo la base lingüística e intelectual de la cultura en castellano. De ahí su apodo “el Sabio” (Aunque en algún momento fue también apodado “el astrólogo”)

Alfonso fue, ante todo y, sobre todo, un rey educador de su pueblo. Toda su obra estuvo encaminada a elevar el nivel cultural de sus súbditos por eso la escribió en castellano “derecho” (correcto)

Impulsó en su Corte, una serie de obras literarias, históricas, jurídicas y científicas escritas en castellano, que significó la fijación y elevación a la literatura y la ciencia de la lengua hablada por el pueblo.

Numerosos traductores judíos, musulmanes y cristianos trabajaron en la ciudad bajo la tutela e inspiración del rey. Prestó sus palacios toledanos para todo tipo de experimentos y observaciones astronómicas.

La obra del Rey fue más de dirección y mecenazgo que de realización personal, aunque en algunos casos tomara parte en la revisión del texto final, contando con importantes colaboradores en muy diversos ámbitos en su scriptorium real, en la Escuela de Traductores de Toledo. Elevó al rango de Universidad los Estudios Generales de Salamanca (1254) y Palencia (1263), siendo la de Salamanca la primera en ostentar ese título en Europa.

Existe un cráter en la Luna que lleva el nombre de Alphonsus, en honor del rey Sabio, dado por Giovanni Riccioli en 1651. Se encuentra en la parte oriental del Mare Nubium.