Ecuador entrega al Museo del Chocolate Valor de la Vila Joiosa una réplica de una vasija Mayo-Chinchipe que data del 3.500 a.C.

La historia milenaria del cacao de Ecuador se ha convertido en prologuista del Museo del Chocolate de Valor de la Vila Joiosa gracias a la entrega realizada por la embajada del país andino. En un acto celebrado esta mañana en la planta de Chocolates Valor, el Gobierno de Ecuador ha cedido la réplica de una vasija de la cultura Mayo-Chinchipe al Museo de Valor. Esta vasija, descubierta en el yacimiento de Santa Ana-La Florida, Ecuador, marca el primer vestigio del consumo de cacao en el año 3.500 antes de Cristo, en el oeste de la cuenca del Amazonas.

El acto contó con la presencia de Pedro López, presidente ejecutivo de Chocolates Valor, y el alcalde de la Vila Joiosa, Andreu Verdú, acompañados de otras autoridades del Gobierno local. Por parte del Gobierno de Ecuador, encabezó la comitiva de entrega la ministra y encargada de Negocios A.I. del Ecuador en España, Verónica Peña Montero, junto a la tercera secretaria de la Embajada, Sabrina Guerra Moscoso, y el cónsul Honorario del Ecuador en Alicante, Domingo Gómez.

Pedro López, presidente ejecutivo de Chocolates Valor, expresó su agradecimiento al Gobierno de Ecuador, a través de la embajada, y al Cónsul, por la cesión de esta "maravillosa pieza que demuestra el primer lugar del mundo donde se consumió chocolate, que era Ecuador, y que era una de las vertientes de la investigación del origen de primer chocolate que se hace en el mundo.” Además, López también tuvo unas palabras de agradecimiento al Ayuntamiento de la Vila Joiosa y, en particular, a Vilamuseu, por su dirección técnica, la cual permite que el Museo Valor del Chocolate sea el único museo oficial del chocolate en España.

Por su parte, el alcalde de la Vila Joiosa, Andreu Verdú, valoró la relación entre Ecuador y el origen del chocolate, destacándola como "una magnífica contribución cultural y mágica para el resto del mundo" y agradeció a la autoridades del Ecuador la entrega de esta vasija al Museo de Chocolates Valor de la Vila Joiosa para mayor conocimiento de la población local y visitantes. Según fuentes de la empresa chochoaltera, se espera que la pieza pueda recibir unas 100.000 visitas al año.

Una vez finalizada la entrega de la pieza, la comitiva institucional visitó la fábrica de Valor, donde tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano el proceso de elaboración de los diversos productos de chocolate de la marca, así como su envasado y preparación para su distribución y venta al público.

La marca vilera Chocolates Valor es líder en chocolate negro, chocolate con almendra, chocolate sin azúcar y chocolate a la taza, y todos sus productos se elaboran íntegramente en las fábricas de la Vila Joiosa y Ateca.

Sus productos, que combinan la máxima calidad y la experiencia de los maestros chocolateros de Valor, representan el paradigma del placer para adultos. Estos productos se exportan a más de 60 países. Además, la marca cuenta con chocolaterías repartidas por toda España, auténticos templos del chocolate donde los amantes del cacao pueden disfrutar desde los mejores chocolates tradicionales hasta los más exquisitos productos gourmet.

Visita a Vilamuseu

Una vez finalizada la visita a las instalaciones de Chocolates Valor, la comitiva del Gobierno de Ecuador se ha interesado por conocer más sobre el pasado de la Vila Joiosa y su vínculo con la antigua Roma en una visita junto al alcalde y miembros de Gobierno, y personal técnico de Vilamuseu para profundizar más en la historia del pecio Bou Ferrer.

Así, la ministra y encargada de Negocio A.I. del Ecuador en España, la secretaria de la Embajada, y el cónsul Honorario del Ecuador en Alicante, acompañados por el alcalde de la Vila Joiosa, Andreu Verdú, y la técnica de Museos y Exposiciones de Vilamuseu, Carmina Bonamtí, han podido descubrir los secretos de este navío mercante que a mediados del siglo I d.C partió de un puerto cercano a Cádiz, dirección Roma o Narbona, un gran velero comercial, de 30 metros de eslora, cargado con 2500 ánforas llenas de salsa de pescado y lingotes de plomo propiedad del emperador Nerón. Durante la travesía los tripulantes tuvieron un problema y decidieron acercarse al último puerto de la península que encontraban en su trayecto, el puerto de Allon. Sin embargo no lo consiguieron y a escasas millas de la costa naufragaron. Ahí durmió en silencio durante más de dos mil años, hasta que en el año 2001 dos buceadores de la Vila Joiosa, Antoine Ferrer y José Bou, lo descubrieron.

El Bou Ferrer es la mayor nave mercante romana en excavación en el Mediterráneo. Su profundidad, 25 metros, asequible para los buceadores y su buenísimo estado de conservación hizo que desde el primer momento se pusieran en marcha iniciativas de protección y estudio.