Bardem: "Es difícil compaginar la alegría, sabiendo que ahí fuera el mundo está siendo un desastre para tantas familias"

Con esfuerzo, trabajo y ganas de arriesgar, Javier Bardem ha conseguido tener una carrera digna de admiración. Tiene éxito allá donde va y un talento reconocido que le ha valido para ser unos de los actores de referencia de su generación.

En su último trabajo Being the Ricardos, con una tez morena, acento cubano y donde baila y canta, dándole la réplica a Nicole KIdman, ha conseguido impresionar a los miembros de la Academia de Academia de Hollywood y colarse en la categoría del Oscar al mejor actor. Si hay una palabra para definir el estado de ánimo que emanaba es el de euforia. Irradia felicidad. 

Pero Bardem no nos cita en el ático del Hotel London de Los Ángeles para hablar de Desi Arnaz, su personaje. De la más de una hora de charla con los periodistas españoles, casi la mitad la dedicó a hablar de su mujer, Penélope Cruz. Está convencido de que tiene muchas posibilidades de llevarse el Oscar, además por un papel en lengua castellana. Todo un hito, asegura: "Si hay una categoría que es impredecible es la de mejor actriz y lo hace muy excitante", asegura orgulloso.

"Si hay que soñar, veo más cerca el premio de Penélope. Yo no me he preparado ningún discurso. Es ella la que tiene que estar escribiéndolo", añade. Y es su categoría él apuesta por Benedict Cumberbatch o Andrew Garfield, aunque las papeletas parece que caen del lado de Will Smith.

 

Tanto él como ella, dice, esta ahí gracias a Bigas Luna. Él los formó, ayudó, y les allanó el camino para seguir en esta profesión donde han conseguido convertirse en el matrimonio de oro de Hollywood: "Estoy seguro que donde esté se estará riendo, porque tenía una frase que decía 'Ser feliz es desear lo que se tiene', qué grande".

 

Se congratula de que la Academia de Hollywood se haya abierto al mundo, se haya internacionalizado: "En el set de Dune había actores de 25 nacionalidades, y Europa, especialmente, está más presente que nunca".

Sin embargo, el actor le ha dado un buen tirón de orejas. No entiende que, por razones de audiencia, hayan quitado ocho candidaturas de la ceremonia en directo, entre ellas las de los españoles Alberto Iglesias y Alberto Mielgo. "Me parece una pena y una injusticia. El cine es cine por todas esas categorías... qué es una película sin maquillaje, sin música, sin montaje... Yo particularmente he cambiado todo para estar con ellos. Mientras se celebra la alfombra roja, yo estaré dentro aplaudiendo a mis compañeros discriminados". 

 

Y este actor. que tiene todos los premios, que ha trabajado con los mejores directores, tiene una espinita clavada... "Quiero, deseo trabajar con Steven Spielberg".

Y en este ambiente distendido y cercano también hubo un recuerdo para Ucrania. "Es difícil compaginar la alegría y el derecho que uno tiene a estar feliz, sabiendo que el mundo ahí fuera está siendo un desastre para tantas familias".