Un sinvergüenza que triunfa travestido

Leopoldo Bernabeu

Estamos a las puertas de unas elecciones y seguimos tomándonos el asunto como si no fuera con nosotros. No sé que más hay que denunciar para que entendamos que, en una Democracia, las situaciones sólo se varían votando. Decir que estamos tan hartos de aquellos que nos gobiernan como para pasar de ejercer nuestro derecho al voto, no sólo es darle la mayor de las alegrías a estos vividores para que puedan seguir destruyendo el edificio que tantos años costó construir, sino algo todavía mucho peor, es seguir poniendo piedras en el imaginario que separa la libertad de la dictadura. Es el principio de una soterrada situación que la historia se ha empeñado en demostrarnos, demasiadas veces como para que no te hayas enterado, suele acabar fatal.

En los últimos cinco años, desde que este fabuloso encantador de serpientes llegó al poder a través de una moción de censura, que a la postre resultó ser la primera de su montaña de mentiras, por lo que no es creíble que nos sorprendamos tanto cada vez que lanza otra, algo que suele producirse casi a diario y que es lo más grave de cuantas anestesias mantienen al pueblo hipnotizado, no ha hecho otra cosa que poner en marcha una hoja de ruta que empieza a fraguarse cuando su propio partido es quien lo había fulminado de la secretaría general años antes. Jamás he dicho ni diré que no estemos ante uno de los cerebros más privilegiados que ha dado la historia política en los últimos años, pero tampoco confundiré la diferencia entre ser inteligente y ser un listo. Pedro Sánchez es un campeón de lo segundo, dícese de ese tipo de personas que saben lo que quieren y lo ejecutan a corto plazo, manteniéndose durante largos periodos de tiempo en la cuerda floja, sorteando de manera muchas veces increíble la rotura del alambre. Mentes desperdiciadas porque sólo saben hacer el mal.

No se puede mentir más, a la par que no se puede ser mejor flautista de Hamelin. Es la perfecta combinación entre el ansia de poder y el dinero, sólo hay que saber manejarlo, y él lo hace Cum Laude. De lo contrario, alguien tendrá que explicar en los próximos libros de historia, no sólo como puede seguir engatusando a varios millones de españoles, sino sobre todo, como ha conseguido que personas de notable currículum hayan podido confiar en él tanto tiempo, cayendo muchos de estos en el más absoluto descrédito, ridículo y permitiendo que les aplastase la trituradora de la ignorancia y el olvido.

Es el triunfo de un sinvergüenza perfectamente travestido que hipnotiza la mente de millones de españoles que todavía se creen algo de lo que dice, sin ser capaces de observar el paralelismo que existe entre la sigilosa pero constante forma de actuar de esta termita, y otros que antaño ya lo hicieron conduciendo a sus países y sociedades a situaciones que siglos después todavía se recuerdan y se mantienen como lugar de enfrentamiento social. Ponle tú el nombre.

Ver todo lo que ha pasado con la ley del “Sólo Sí es Sí” o el maquiavélico invento de las casi 100.000 viviendas de alquiler, no es más que seguir riéndose de los españoles en su cara, manteniendo el listón en lo más alto, pues cuando todavía no ha solucionado el problema de haber rebajado las penas a casi mil violadores, te choteas de millones de familias desesperadas prometiendo casas de alquiler a precio razonable que, directamente, no existen. Pero claro, como aquí todo da igual, la memoria es corta, y seguimos creyendo que va a venir un príncipe azul a salvarnos, no sólo no corremos a gorrazos a este cínico redomado con la cara más dura que el cemento armado, sino que además siguen siendo legión la cantidad de personas de bien que le darían su apoyo en unas elecciones. A veces pienso que no tenemos derecho ni a quejarnos.

La promesa de poner en el mercado 50.000 viviendas de alquiler asequible ante la situación de desespero que ya se vive, fruto del caos creado por ellos mismos coartando libertades al mercado, intentando su control en plan bolivariano y dando más privilegio al okupa que al propietario, propuesta por cierto desmentida 24 horas después porque esas casas directamente no existen, no sólo no amedranta a nuestro amado líder, sino que le suma otras 43.000 más dos días después, crecido en la impunidad que le otorga saber que los españoles ni leen, ni se informan, ni les interesa saber la verdad, y se conforman con promesas que nunca se cumplirán, haciendo de su vida una espera infinita.

Además, y esta es la clave, lanza estas groserías públicas como perfecta cortina de humo para que no se hable del día en el que el partido Popular, hoy jueves 20 de abril, sumará sus votos a los del partido de este suicida, para cortar de raíz la sangría de estos centenares de depredadores sexuales encantados con Irene Montero viendo que sus penas se recortan a diario. Ver para creer. Veremos que se saca de la chistera para decir que el éxito es sólo suyo.

Eso sí, averiguar que va a pasar con nuestra economía en los próximos meses, sabiendo que el 60% de las empresas ya se ven en la obligación de retrasar pagos porque no son capaces de cumplir con la salvajada de impuestos que nos comen por los pies; interesarse por la decisión de la mesa nacional de la sequía ante la falta de lluvias persistente y el no haber realizado el plan hidrológico nacional que suspendió el ínclito Zapatero; averiguar porque Sánchez sigue callando cada vez que se le pregunta por las vergonzosas cesiones a Marruecos; o incluso porque visitando hoy Toledo, su propio compañero el presidente Page, todavía de su partido, se va a Bruselas…

Es clamoroso. Nos vamos al garete, nos comen por los pies por todos lados, la economía se desangra y a Sánchez no le pueden ver ni los suyos… ¿me puede explicar alguien donde están y quienes son esos 5 millones de españoles que todavía votarían a este depredador de nuestro bienestar?