Trabajo Mediúmnico en la Actualidad
Siendo el fenómeno mediúmnico independiente de creencia, nacionalidad, raza, cultura, condición social etc., se manifiesta en todas partes, a cualquier tiempo, por intermedio de personas conscientes o no de que existen los Espíritus y de que ellos se comunican con los llamados vivos.
Es por eso por lo que quienes sean médiums lo son todos los días, a todas horas, y no solamente cuando vayan al local donde tengan donde habitualmente participan de actividades llamadas mediúmnicas, es decir, de contacto con los Espíritus.
Hace falta comprender sobre eso: que un local debidamente preparado, como un centro espírita equilibrado y bien orientado por las enseñanzas del Espiritismo codificado por Allan Kardec, cuenta con el amparo de los buenos Espíritus, posibilitando que las capacidades de los médiums sean ampliadas durante el tiempo en que se dediquen en conjunto a la práctica de la mediumnidad con vistas a auxiliar a los Espíritus sufrientes y recibir eventuales orientaciones de los mentores espirituales del grupo.
Por lo que ya podemos deducir de lo que estamos hablando, la mediumnidad, para ofrecer buenos resultados, necesita ser ejercida con base en algunos criterios que les proporcionen seguridad a los participantes de las reuniones.
Allan Kardec establece dos criterios básicos para que una actividad mediúmnica sea segura y productiva: una base común de conocimientos y la homogeneidad de sentimientos, pensamientos y propósitos.
La base común de conocimientos 2 sólo se establece cuando todos los miembros del grupo, independiente de los conocimientos ya adquiridos, estudien juntos la propuesta espírita que se encuentra en El Libro de los Médiums, de Allan Kardec, en Lo Invisible, de León Denis, entre muchos otros buenos libros que tratan del asunto. En ese aspecto, un buen programa de estudio, que cuente con informaciones extraídas de las obras básicas, clásicas y subsidiarias 3 del Espiritismo, puede auxiliar mucho.
La homogeneidad 4 sólo es posible por la convivencia, por el conocimiento mutuo más profundo que puede ocurrir justamente durante el periodo del estudio conjunto.
Pero, otros factores intervienen con el ejercicio de la mediumnidad como las leyes de afinidad y sintonía.
Hay un dicho popular: “—Los afines se atraen” o “—Los semejantes se atraen”. Pues eso es la más pura verdad en lo que dice respecto a los Espíritus que son atraídos junto a los encarnados por afinidad de gustos, intereses, deseos etc. Así, si deseamos saber que tipo de compañías espirituales traemos, basta examinar que es lo que nos gusta sentir, pensar y hacer.
La sintonía funciona como en el campo físico: para recibir las señales de radio, televisión, Internet hay necesidad de sintonía. Eso se procesa entre desencarnados y encarnados por conexión automática cuando dos seres vibran en el mismo nivel de intereses y propósitos. Como la afinidad, la sintonía también es automática. Basta que dos seres estén en la misma onda vibratoria para que la conexión se establezca en niveles de intensidad y evidencia más o menos pronunciados.
Esas consideraciones sirven para todos los tiempos, pero necesitamos estar atentos a ellas en la actualidad porque la Humanidad, sometida a la Ley del Progreso 5, está avanzando cada vez más, sus percepciones se sutilizan e intensifican de forma que, con el pasar de los tiempos, cada vez más personas se hacen aptas a percibir la realidad espiritual que está en su entorno 6. El problema está en que el entorno aún es bastante denso y la mayor parte no se convence de que sus sentimientos, pensamientos, palabras y actos contribuyen para la creación de lo que podemos llamar “una psicoesfera” bastante cargada y negra que vibra en torno a la superficie de la Tierra habitada por los encarnados 7.
Con el desarrollo natural de la capacidad de percibir la realidad espiritual, por lo tanto, estando los encarnados envueltos por ese ambiente espiritual tan denso, lo primero que los médiums perciben es justamente ese entorno desagradable y que provoca influencias negativas en los sentimientos, pensamientos y acciones. Eso exige esfuerzo para elevación de las vibraciones que cada uno emite en el sentido de una sintonía más elevada con los seres desencarnados que vibran en el bien y desean auxiliar al progreso de la Humanidad. No son seres especiales, pero aquellos mismos que han vivido aquí, algunos familiares y otros que se sienten atraídos por los buenos propósitos y disposiciones para el bien de quienes cultiven los hábitos saludables del estudio, de la meditación, de la oración.
Para auxiliar en el equilibrio de ese momento de transición por que pasa la Tierra, una nueva generación de Espíritus mas adelantados están llegando al Planeta 8 y reencarnando en los diferentes continentes con la misión de introducir avances en las relaciones humanas y progresos en sus instituciones. Esos Espíritus ya tienen una más amplia consciencia de la realidad espiritual e influencian a los demás en el sentido de esa comprensión. Traen las facultades más desarrolladas y tienen más facilidad de comunicación con la realidad espiritual. Pero, la ley que regula esas relaciones entre los dos planos de vida sigue la misma: la cualidad moral seguirá definiendo el tipo de compañías espirituales que cada una atraerá hacia sí.
De esa forma, la comunicación espontánea con los Espíritus va en aumento, lo que no significa que vendremos a dispensar las actividades desarrolladas por los centros espíritas que son y seguirán siendo muy importantes, pues cumplen funciones que dependen de un conjunto de personas reunidas con el propósito del bien y del servicio fraterno en favor de los necesitados de ambos planos de la vida: el material y el espiritual, una vez que el esclarecimiento de los Espíritus desequilibrados y obsesores, alivia y mejora la influencia que ejercen sobre los encarnados. Y viceversa, pues los encarnados también influencian a los desencarnados con sus pensamientos, palabras y acciones.
Por eso, más que antes, las actividades mediúmnicas en los centros espíritas necesitan estar bien orientadas y concentradas en su propósito básico que está lejos de ser el contacto con la realidad espiritual por simple curiosidad, diversión o pasar un rato con los “muertos” para el atendimiento de intereses mezquinos, personalistas, egocéntricos, materiales y otros de esa misma naturaleza.
Es el momento de despertar para esa realidad nueva y actuar conforme. Los espiritistas sabemos que la Tierra alcanza, en la actualidad uno de sus momentos de transformación en que va dejando de ser planeta de expiación y pruebas para convertirse en mundo de regeneración 9.
Mas que nunca el compromiso del espiritista sincero es el del estudio del Espiritismo, iniciando por la obra de Allan Kardec, por el cultivo de un estudio serio que así se caracteriza por su continuación a cada día a lo largo de los años para la formación de una base solida de conocimientos que le brinde condiciones de resistir a las tendencias e influencias negativas y a la entrega al trabajo voluntario en favor del bien del próximo.
Según Allan Kardec 10, los médiums “[...] recibieron de Dios un don gratuito: el de ser intérpretes de los Espíritus, para instrucción de los hombres, para enseñarles el camino del bien y conducirlos a la fe [...] La primera condición para lograr la benevolencia de los buenos Espíritus es la humildad, la entrega, la abnegación, lo más absoluto desinterés moral y material. [...] La mediumnidad seria no puede ser y no lo será jamás una profesión [...]. El moderno Espiritismo, [...] elevó la mediumnidad a la categoría de misión. [...] La mediumnidad es cosa santa, que debe de ser practicada santamente, religiosamente. [...] El médium curador transmite los fluidos saludables de los buenos Espíritus; no tiene el derecho de venderlos. [...]”
En conclusión, es responsabilidad del médium, así moral, seleccionando las compañías espirituales con las cuales se afina y sintoniza. Las familias y centros espíritas necesitan estar preparados, como todo espiritista serio, en el ejercicio de la voluntad, en el sentido de su progreso espiritual, de su perfeccionamiento y recibir esa generación nueva que llega y auxiliarla en su adaptación en el planeta, así como ofrecerles condiciones de ejercitar sus capacidades en favor del progreso de toda la Humanidad, conscientes de que, en esos tiempos nuevos, la mediumnidad será ocurrencia cada vez más natural en el cotidiano de las personas.