La política y el fútbol, entretenimientos de invierno asegurados. Toni Pérez y Rubén Martínez marcan camino.

Leopoldo Bernabeu

En esta completa primera semana de septiembre, aquí en AIRE FRESCO y también en todo lo demás, y con la única resaca del primer empacho político de la temporada, que en nada ha cambiado la historia de los ya conocidos, pero que como novedad nos ha dejado entrever que la basura que se van a volcar entre ellos va a ir en crescendo de manera constante, los ciudadanos, actores pasivos de esta interminable y agotadora obra teatral, que antaño nos vendieron como necesaria para que nuestras vidas fueran a mejor, y muchos capítulos después la historia se empecina en demostrar diametralmente lo opuesto, vemos como los días pasan y los problemas cotidianos, esos que de verdad nos preocupan, y no como estos capítulos de ciencia ficción bastante mala, no sólo no mejoran, sino que adquieren matiz gangrenoso.

Se acerca la época de frío y lluvias y la única constancia real es que la incertidumbre sobre el gas y la electricidad, además de su inalcanzable precio, anuncia nubarrones en el suministro y nos prepara para posibles cortes, ligero matiz olvidado desde la posguerra, a la par que estos días están siendo los primeros en los que vemos una primera y tímida actitud de recuerdo sobre el catastrófico daño que hacen las lluvias en nuestro territorio cuando llegan en riadas, capítulos que todavía resuenan muy frescos en nuestra memoria. El alcalde de Benidorm nos recordó aquí ayer que ellos sí han limpiado los cauces pero que están a la espera de que la Generalitat, esa que anuncia también una inversión de 343 millones para este menester hoy mismo, haga su parte. Esperemos que se coordinen antes de que tengamos que lamentar alguna nueva catástrofe. Los vecinos de la vega baja ya saben lo que es una Dana y que tres años después no les hayan resuelto ni la mitad de sus problemas a pesar de las incontables promesas y fotos que los mismos políticos que hoy prometen inversiones, se hicieron con ellos.

Tiene tantos capítulos de surrealismo el momento que esta generación estamos viviendo, que vemos como se contraponen escenarios que antaño sucedían con decenas de años de diferencia. Hoy vemos como a los pequeños empresarios les es casi imposible atender el aumento de la inflación en sus negocios, con facturas de la luz que sirven para ilustrar podcasts completos, a la par que no pueden adquirir un vehículo para su negocio ni pagando, pues la lista de espera es de un año ante la falta de chips en el mercado. Al tiempo que se ha de seguir cuidando en casa de los ancianos, esos que merecen el mejor trato de una sociedad que durante muchos años los ha despreciado, ante la falta de más de 9.000 plazas en residencias en la provincia. Eso sin sumar la falta absoluta de empatía y cercanía con unas familias que ni siquiera cobran el importe que les corresponde por la ley de dependencia, muchas de ellas después de que, por desgracia, el familiar ya haya fallecido. 

Esa es la carta de presentación de una clase política que no tendrá empacho alguno en salir desde ya a la calle para recordarnos que tenemos que volver a confiar en ellos dentro de unos meses porque se lo han currado. Unos costes de vida que se han multiplicado hasta un 400% en muchos ejemplos, unas inversiones sin hacer para evitar nuevas riadas y miles de familias sin poder darle una plaza de residencia a sus mayores, amén de no cobrar la ayuda que por ley les corresponde.

Pero las elecciones ya han empezado, es algo inevitable que nos va acompañar todos los días durante los próximos muchos meses. En Benidorm ha dado el pistoletazo de salido Rubén Martínez, actual portavoz del Psoe y ex presidente de la formación a nivel local, que ha decidido presentar su candidatura para ser elegido candidato antes que nunca, percibiendo que en esta ocasión no va a encontrar la balsa de aceite de las dos anteriores. Los afiliados socialistas le dieron la presidencia a Cristina Escoda por holgada mayoría, lo que hizo pensar que también sería candidata. De momento el primer paso lo ha dado Rubén Martínez, que tiene ganas de seguir como concejal y según él, ser el nuevo alcalde de Benidorm. Se enfrenta a un todavía alcalde que no sólo no ha hecho un mal trabajo durante esta complicada legislatura, la que siempre recordaremos por los años de pandemia, sino que lleva tantos años en política como experiencia tiene acumulada. Hueso difícil de roer.

En un mundo con sentido común, Toni Pérez, alcalde por el partido popular, tendría escasísimas posibilidades de repetir en el cargo a poco que se le recordara que en estos ocho años ha sido incapaz de darle una solución definitiva al centro cultural, ni siquiera haber empezado las obras de un polígono industrial y un centro comercial ampliamente prometido, que nada sabemos sobre el inicio de las obras del centro de salud del rincón de loix, mucho menos de la añorada comisaría de policía, además de recordarle cada día la espantosa imagen que damos con la estación de autobuses del terror, o que seguimos sin tener el instituto Pere Maria Orts acabado. Tampoco nada sabemos de las multi cacareadas obras que iban a poner punto y final a la desangelada zona del Armanello, estando a punto de que se termine el cuarto año consecutivo sin que tengamos un contrato que regule la limpieza viaria de la ciudad. El enemigo en casa.

Pero seguro estoy que ni todo esto ni siquiera muchas otras cuestiones que me he dejado en el tintero, como el incremento, de nuevo, de la deuda municipal, harán mella en su carrera hacia el estrellato de la alcaldía y…quizás algo más, pues toca recordar que Toni Pérez es también el presidente provincial del Partido.

La mayoría de los vecinos de Benidorm antepondrán a todo, la buena gestión que se ha hecho durante la pandemia, con atención permanente hacia todos los sectores de la ciudad, familias, comercios y empresas en general. También sumará mucho la importante recuperación turística, eso que nos da de comer a todos, gracias a la combinación de una imagen de ciudad que se ha cuidado con inteligencia y las enloquecidas ganas de viajar de unos españoles hartos de estar en casa. 

Aunque sin duda, y esto es lo más simpático de una política que nadie comprende, su gran éxito será esa idea que se le ocurrió una buena tarde invierno, se ha copiado media provincia, y que sin duda es la decisión más populista que jamás habrá puesto en marcha un gobierno de derechas, el bono-consumo, dícese de coger el dinero que los ciudadanos pagan en impuestos, el ayuntamiento no gestiona bien en inversiones, y se lo devuelve como un cheque-regalo en pequeñas cuotas para que lo puedan gastar como quieran. Los vecinos encantados y los comerciantes más. Por el contrario, el PP a nivel nacional le seguirá diciendo al gobierno de Sánchez que deje de subir impuestos para que sean los ciudadanos los que decidan en que gastarse su propio dinero. Curioso, ¿verdad?.

Las elecciones ya han empezado y a los que nos gusta la política, aunque sea viéndola desde la barrera, nos lo vamos a pasar muy bien. En Benidorm tendremos un Toni Pérez con todos los vientos a favor y sin barreras en su propio equipo, mientras Rubén Martínez tendrá que batirse el cobre con algún compañero más de partido a la par que justificando socialmente todas las barbaridades y atrocidades de un presidente del Gobierno, de su mismo signo, que ha llevado a España al sumidero. Quizás tenga que utilizar la misma técnica que Feijóo en las últimas elecciones gallegas.

Y a todo esto Sandro Rosell, ex presidente del Barça, se ha querellado contra aquellos que le metieron en la cárcel y arruinaron su reputación sin justificación alguna, algo que ya tocaba, porque a la Justicia también hay que decirle de vez en cuando alguna cosita, al tiempo que su equipo empieza arrasar por donde pasa con un Lewandowski que, a pesar de las dudas por su edad, demuestra que sigue siendo el mejor delantero centro de Europa.