La marioneta del zorro plateado

Leopoldo Bernabeu

Llegó al poder de rebote, el elegido era su hermano. Porque en Alfaz siempre hay un elegido, quien elige es el mismo pajarito y la plebe se limita aplaudir por la cuenta que le trae a la subvención anual o al trabajito familiar de turno. Alguien voló sobre el nido del cuco, famosa película cuyo título y metraje definen a la perfección lo que pasa en Alfaz del Pi desde el pasado siglo. Ahí está el mérito, sobre todo para quien mueve los hilos, que no para quien los sufre, una población sumergida en la complacencia del dame pan y dime tonto, donde todos votan socialismo cuando llegan las locales, teniendo corazón liberal, de centro o de derechas, cuando la llamada de las urnas es para autonómicas, nacionales o europeas. Comprueben los datos.

Curioso caso del que muchos se preguntan su origen y existencia, fácil de explicar para quienes vamos viendo la jugada desde los tiempos de Toni Fuster, donde alguno de sus concejales aprendió bien su papel y supo ver que la carnaza no estaba en dar la cara, sino esconder los tentáculos y alargarlos tanto que Alfaz del Pi parece hoy la fábrica del chocolate rojo de la comarca y la provincia. Y no es oro todo lo que reluce, ni nada o casi nada es lo que parece. 

Y si la actual marioneta está durando más de la cuenta es porque funciona el pacto de no agresión, y ambos han decidido no apretarse sus partes no vayan hacerse daño. Después de muchos años como diputado regional, no teniéndose constancia de haber conseguido nada para su pueblo a pesar de tener en Ximo Puig la mano que mece la cuna, ahora quien le marca el camino ha decidido que se marche otros tantos años a la Diputación de Alicante, donde además es recibido como el alcalde socialista más votado de la provincia, algo que es rigurosamente cierto. Porque en política todo tiene su explicación, y antes en Valencia y ahora en Alicante es mucho más fácil vender esa moto sin explicar que está trucada desde hace años gracias al dinero de unos alfasinos que, primero se les esquilma, después se les recompra a base de chiringuitos, a continuación se les coloca donde haga falta y al final se les invita a pasar de ir a votar. Todo bien organizado en una población donde más de la mitad de los censados están encantados con los homenajes que se hacen en recuerdo de los atentados de Utoya mientras a la otra mitad ni se les cita los casi mil muertos a manos de terroristas españoles. Entretengo a los que entienden de política mientras me río de los que arreglan los problemas en la barra del bar.

Y este títere, que nunca hubiera llegado a donde está sino fuera por su limitada capacidad y su perfecto control, se permite ahora dar lecciones de lo que tendrá que hacer el alcalde de Benidorm, ciudad que multiplica por diez en recursos, infraestructuras y avances a su abandonada población, a la que se reconoce en el mapa porque está junto a la que advierte, diciéndole que tendrá que organizarse porque es posible que dentro de cuatro años no repita en el cargo. Admirable.

Vicente Arques, ese alcalde que no plantea una sola iniciativa en el primer pleno de la nueva legislatura, que no deja tiempo a los concejales para que se expresen en los sagrados plenos, que no se le conoce una sola intervención en las Cortes Valencianas digna de provecho, que coarta la libertad de expresión a los medios que no le bailan el caldo y que no duda en comprar a los concejales de la oposición encantados con su flautista, dejando al descubierto porque el PP cambió a su líder faltando horas para cerrar las listas, se presenta ahora como el terrorífico portavoz de un partido socialista en la oposición, al que me permito hacerles una pregunta, ¿de verdad sabéis a quien le habéis dado la portavocía?. El más contento, ese zorro plateado que bordea las laderas de Alfaz del Pi desde finales del siglo pasado porque se ha vuelto a salir con la suya, tiene al pueblo sometido y al alcalde lejos. Todo despejado para seguir medrando en todos los trapicheos urbanísticos de la comarca. ¡Qué vergüenza!