La importancia de la diplomacia humanitaria en las situaciones de emergencia

ALICIA SÁNCHEZ CAÑADAS

Estamos viviendo tiempos convulsos en los que la humanidad se ha visto atacada por una pandemia a nivel mundial, por la erupción de un volcán en la Palma y en estos momentos por una guerra en la que Rusia invade Ucrania y millones de personas están en situación de vulnerabilidad y extrema gravedad.

Hace unos años cursé “Diplomacia Humanitaria”, y además de poner en practica estos conocimientos desde una forma individual y privada, he pensado que también es importante saber de qué se trata y en que consiste.

“La diplomacia humanitaria consiste en convencer a los responsables de la toma de decisiones y líderes de opinión para que actúen, en todo momento, en beneficio de las personas en situación vulnerable, con pleno respeto a los principios humanitarios fundamentales”.

El movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja se rige por siete principios fundamentales: humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad. Y todas sus actividades tienen un único objetivo: ayudar sin discriminación a quienes sufren, contribuyendo a mantener y promover la paz en el mundo. Proteger la dignidad de todas las personas y especialmente de aquellas más vulnerables.

 En definitiva, la diplomacia humanitaria es “una herramienta para la persuasión, sensibilización, incidencia y mediación”.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICRP) y la Federación Internacional de Sociedades de Cruz Roja y Media Luna Roja (FICR), empezaron a usar este término y lo aplican como tal.

Estos días estamos viendo y escuchando en los medios de comunicación cómo no se respeta el Derecho Internacional Humanitario (DIH).

En tiempos de guerra hay que garantizar que se respeten las llamadas normas de guerra o el derecho internacional humanitario; entre las que se encuentran: la distinción entre civiles y combatientes, el requisito de proporcionalidad en la respuesta militar o la destrucción indiscriminada de ciudades y devastación sin necesidad militar entre otras.

Pienso que la vulneración del derecho internacional humanitario en estas dos últimas décadas debería hacer que dirigentes y funcionarios oficiales tomen más conciencia de su importancia.

Durante el curso aprendimos que El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), desempeña un papel fundamental en la preservación de la integridad de las normas humanitarias, así como en su modernización. 

Ya en el año 2001 después de los ataques terroristas del 11S, se habló de la necesidad de que la Corte Penal Internacional (CPI) se convierta verdaderamente en un órgano verdaderamente universal y lo que es más importante legítimo, esto último desde mi punto de vista difícil de alcanzar en un entorno de “politización”.

La diplomacia humanitaria del Movimiento va desde la intervención rápida en situaciones de emergencia hasta el apoyo a las soluciones a largo plazo y los valores humanitarios.

La palabra persuasión, pienso que es clave cuando hablamos de diplomacia humanitaria. Actualmente dentro del llamado paisaje humanitario ha crecido de forma considerable, desastres cada vez más frecuentes, mayor competencia por los recursos y crecientes peligros para los trabajadores humanitarios y los beneficiarios, ha hecho tomar conciencia de reforzar la diplomacia humanitaria.

 En el año 2009 la Asamblea General de la Federación Internacional aprobó la Estrategia 2020 e la que se determinó que la diplomacia humanitaria era una de las tres acciones facilitadoras para el éxito de la Estrategia. La posterior adopción de a Política de diplomacia humanitaria de la Federación Internacional refleja un nuevo compromiso institucional con la práctica de una diplomacia humanitaria más coherente en todas las Sociedades miembros. 

Cada vez más Sociedades Nacionales están invirtiendo en diplomacia humanitaria.

La diplomacia eficaz no sólo es cuestión de persuasión, de acceso otorgado gracias al carácter único del Movimiento o de conexiones con las personas de poder y dinero, sino también el seguimiento. Las promesas formuladas y las resoluciones aprobadas requieren de una supervisión constante, tanto para garantizar la plena aplicación como para mejorar y fortalecer lo que se está haciendo.

Estamos oyendo que podemos estar ante una amenaza nuclear, quiero decir que también se habla de una Diplomacia Nuclear: La corte Internacional de Justicia en 1996 llegó a la conclusión de que el empleo de las armas nucleares “sería generalmente contrario a las normas del derecho internacional” el tribunal no estaba seguro si su uso en casos extremos de legítima defensa sería licito o no.

Años más tarde en los meses previos a la Conferencia de Examen de mayo 2010 de revisión del Tratado, (Conferencia de Examen de los Estados Parte), la consejera federal suiza Micheline Calmy-Rey, pronunció un discurso en el que señalaba que las armas nucleares eran esencialmente ilegales en virtud del derecho internacional.

Unas semanas antes Jakob Kellenger, presidente por aquel entonces del Comité Internacional De la Cruz Roja (CIRC), se dirigió al cuerpo diplomático de Ginebra y se sumó a este impulso renovado de la no proliferación de armas nucleares e instó a todos los países a que aseguraran de que los horrores e Hiroshima y Nagasaki nunca más se repetirían. Un año antes lo había hecho el presidente de EEUU Barack Obama.

En esos años se pensó que estábamos ante un hito histórico al igual que se pensaba que la preocupación por las “armas nucleares” se había desvanecido tras la guerra fría.

En estos días desafortunadamente nos hemos dado cuenta de que no es así. Y que a la Sociedades Nacionales pueden ayudar favoreciendo al dialogo y concienciando sobre las catastróficas consecuencias humanitarias de las armas nucleares y persuadiendo a sus gobiernos para que aborden la cuestión de las armas nucleares mediante la prevención y la eliminación. La diplomacia humanitaria en esta cuestión es imprescindible, creo que debería centrarse únicamente en las consecuencias humanitarias de las armas y en los efectos que suponen para el Derecho Internacional Humanitario (DHI). 

La Cruz Roja está trabajando en varios países, desde hace casi 20 años con jóvenes celebridades locales, medios digitales como una web que muestra los efectos de una explosión nuclear en una ciudad en concreto y calculando el número de amigos que ese usuario/ joven podría perder en sus redes sociales.

Hoy en día estamos en un momento histórico y tal vez el último para resolver de una vez por todas este gran problema.

Las acciones que se diseñan en cuanto a protocolo diplomático están enmarcadas en las siguientes líneas (según establece el Plan de Comunicación de Cruz Roja Española):

Información y difusión: Dar a conocer la realidad actual. Llevan a cabo las acciones precisas para ampliar el conocimiento de Cruz Roja Española, sus Principios Fundamentales, así como todas sus actividades y ámbitos de actuación.

Iniciativa: Teniendo la capacidad para gestionar su imagen, tomando la iniciativa y comunicando los eventos y acciones más destacados. Aprovechar las oportunidades para difundir los mensajes de la institución. Es preciso ser proactivos en comunicación tanto en públicos internos como externos.

Reputación: Trabajar por mantener el posicionamiento y la reputación de la organización, a través de acciones encaminadas a tener mayor presencia en los medios de comunicación y, por lo tanto, en la sociedad, ofreciendo siempre información de calidad.

Transparencia: Dar a conocer las normas de conducta de mayor transparencia y compromiso con la sociedad, los socios y la opinión pública en general, así como el uso de los fondos y los resultados obtenidos de las acciones.

(Copiado íntegramente de Cruz Roja Española)

En la Diplomacia Humanitaria es muy importante las estrategias que se hacen de sensibilización y posicionamiento; por ese motivo ya en el año 2015 se redactó un documento en el que se explican unos objetivos para la “promoción de la Diplomacia Humanitaria con el fin de reducir y prevenir la vulnerabilidad”:

Ampliar el modelo de voluntariado CRE, ante líderes políticos y de opinión en el ámbito provincial local para que tengan presente la toma de decisiones.

Aumentar la influencia CRE ante los creadores de opinión para que las corrientes y tendencias de pensamiento que proponen y difunden actúen en beneficio de los más vulnerables.

Lograr que el modelo de CRE sea percibido y comunicado de una misma forma, a nivel interno y externo.

He estado hablando de Diplomacia Humanitaria unida a Cruz Roja y a la Media Luna Roja, ya que esta organización fue la pionera y primera en utilizar este término. Pero qué duda cabe que hoy en día hay también otras ONG e incluso gobiernos que llevan a término estas acciones.

Estoy segura de que sin la implicación conjunta de ONG y gobiernos esta gran ayuda social, humana, económica, medica etc…no se podría llevar a buen término. 

Y desde la tristeza que me invade en estos momentos por las atrocidades que estoy viendo en esta guerra sin sentido y retransmitida en directo en la que el ego de un hombre tiene en vilo al mundo entero, me gustaría pensar que esta diplomacia sirve también para uno de sus principales objetivos, conseguir la PAZ.

“No es posible mantener la paz usando la fuerza; sólo puede conseguirse mediante la comprensión” (Albert Einstein).

“No hay camino para la paz, la paz es el camino” (Mahatma Gandhi).