Cómo debe comportarse un comensal: 16 cosas que no deben hacerse en la mesa
ANTONIO LLORENS
'El Sitio de mi Recreo' se viste HOY de gala para compartir con todos vosotros algo imprescindible en la sala: el protocolo. Mi buen amigo y mejor maestro Óscar Carrión, una mente clara, didáctica y pionero en la aplicación del protocolo en la sala, me enseñó que «el protocolo es siempre el saber estar sin olvidar el saber ser». En estos tiempos rudos y veloces en lo que a tendencias se refiere, resulta difícil hablar de normas de protocolo ya que éstas van cambiando, adaptándose y conviviendo con los nuevos estilos de los clientes, que al fin y al cabo son nuestra mayor razón de ser.
El comportamiento en las mesas ha ido evolucionando a lo largo de los tiempos. Del comer tumbados de los romanos, al usar las manos, de las bacanales de comida y vino o de las locas mesas de la edad media hasta los fastuosos banquetes palaciegos franceses, las tascas o posadas o los nuevos conceptos burgueses de la mesa, todos ha ido posicionándose como es la hostelería, un reflejo de un tiempo y de una generación.
La mesa es un lugar de encuentro y disfrute. Alrededor de ellas nos sentamos para compartir momentos, para disfrutar de las alegrías, para hablar, reír, llorar, para recordar o para olvidar, para vivir al fin y al cabo. Os confieso que al empezar a escribir esta reflexión quería compartir con todos vosotros las clásicas normas de protocolo que enseño en mis cursos. 1.- La mano libre no se esconde bajo la mesa.
2.- Se mastica con la boca cerrada y sin hacer ruidos.
3.- Se limpian los labios antes de beber.
4.- No se bebe con la boca llena.
5.- Los alimentos se cortan a medida que se comen.
6.- No se habla mientras se mastica.
7.- No se mantiene la boca abierta.
8.- Se bebe a pequeños sorbos.
9.- No se juega con los cubiertos, ni con el pan.
10.- No se pasa el brazo por delante de otro comensal.
11.- No se debe rechazar un plato.
12.- Se puede repetir con moderación.
13.- Al terminar de comer, no se ordenan los restos de comida en el plato, pero tampoco se deja el plato todo desordenado, ni formando una corona en el borde.
14.- No se canta mientras se come.
15.- Si tapamos la copa con la mano como señal de que ya no queremos más bebida, nunca deberemos tocar el cristal.
16.- No se retoca el maquillaje en la mesa…
Normas y solo normas. Si las semanas anteriores reflexionábamos sobre cómo iba a ser la sala en estos nuevos tiempos post pandemia, tenemos que ser conscientes que los comportamientos también van a cambiar. Seguro que los miedos o el respeto por la seguridad y la higiene se nos olvidan pronto, pero muchos hábitos ya adquiridos quedaran al igual que el comportamiento prudente actual irá cambiando, pero algunas cosas buenas, que no normas, se quedarán entre nosotros. Actualmente cuando la mascarilla nos vuelve a enseñar las añoradas sonrisas, muchos profesionales de la sala seguimos sonriendo con los ojos y con la prudencia de seguir usándola para seguridad de todos vosotros y de nuestra propia. Se normalizará, y pronto. Seguro.
Poco a poco nuestras mesas van ganando en número de comensales, los eventos, aunque más lentamente, también se van normalizando y las alegrías compartidas van tomando nuestro día a día. Quien os escribe, a corazón abierto, os debe confesar un aprendizaje de este tiempo incierto, el ser y el estar con uno mismo tal como es. Sin más, sin máscaras, sin miedos, sin vergüenzas, reconociendo lo mucho malo que hay en uno mismo y alegrándome por lo bueno que se tiene. Y esta sensación de paz y equilibrio, seguro que también será una tendencia en el protocolo en la mesa en los tiempos venideros. Creo a pies juntillas que sabremos ser y sabremos estar casi como siempre, aunque ya no seamos como éramos, aunque conozcamos las normas seremos más libres. Y la felicidad es libertad.
Si la sala va a cambiar, el protocolo en la mesa también. A mejor, seguro.
Reflexionemos.