Ahora toca la revancha de los sabios.

Leopoldo Bernabeu

No se me ocurre mejor forma de empezar este artículo que pidiendo una venganza de los felices, una revolución de los capaces, una victoria de la serenidad. No es malo que la nostalgia nos guste más que el futuro, pero es misión de todos crear despertares que nos animen a ser felices. Nos lo legaron nuestros padres y se lo debemos a nuestros hijos.

Reviso con suma atención si es cierto que he estado algo más de una simple semana fuera del tajo. Viajar en Autocaravana es, además de una aventura constante añadida a la propia aventura de salir fuera de tu normalidad diaria, una sensación de haber estado ausente de tu hábitat más del doble de tiempo del real. Siempre se ha dicho que las vacaciones se hacen cortas y supongo que así será. En Autocaravana la sensación es doble, compartida. Por un lado, se ajusta al proverbio popular, pero por otro, con eso de tener que cambiar de alojamiento a diario y de estar conociendo constantemente nuevos destinos, también sucede lo contrario. 

Aun habiendo regresado incluso un día antes de lo previsto, no me ha quedado otra que revisar el calendario. Con eso de la edad y la agradable nebulosa generada por la ausencia de malas noticias, quizás me haya dispersado en exceso. Pero no, el tiempo transcurrido es el correcto y la fecha también. Es el auténtico caos social en el que vivimos el que recrea esa virtualidad. Espero y deseo que esto sólo sea para quienes nos dedicamos a la comunicación. Son tantas las noticias que se han ido cogiendo el relevo en los últimos nueve días, que no es de extrañar que la actualidad de cada una sea tan corta como una respiración y su importancia social, todavía más efímera. Entre todos hemos conseguido ganárnoslo a pulso. Ya nada nos impacta de verdad.

No sólo Pedro Sánchez ha estado en la ONU aprovechando la tribuna en su propio beneficio, algo que tampoco sorprende a nadie, para anunciar su candidatura a la internacional socialista, haciendo bueno lo que muchos hace meses vemos venir sobre su imposible continuidad al frente de un gobierno que tiene más boquetes que el Titanic, sino que también ha tenido tiempo para volver a auto enmendarse y repetir aquello de donde dije digo digo Diego, ahora con la ley que afecta a la delirante okupación en España, erigiéndose en salvador de una sociedad que pide a gritos sensatez, pues no tiene ninguna lógica, como la inmensa mayoría de las decisiones que toma este gobierno, que tenga más derechos quien asalta una propiedad que su propietario. Repito, es ahora el Psoe quien enmienda la futura ley, aunque no a través de uno de sus famosos decretos que aligeraría bastante su urgente y necesaria entrada en vigor, no vaya a ser que sus socios antiespañoles se vayan a mosquear, y lo hace después de que tres partidos de la oposición se lo hayan reclamado durante años. ¡¡¡Estoy casi seguro que no tiene nada que ver el que estemos en un año con tres procesos electorales distintos…!!!

Ha sido una semana apasionante también en cuanto a las contradicciones para con todo eso que tanto tiene que ver con los impuestos, casi confiscatorios en España. Hace ya tiempo que las ideologías acabaron en el cubo de la basura, por lo que me sorprende y mucho que exista tanta gente dispuesta a votar a unos o a otros por eso de “soy de izquierdas o de derechas”. ¿No habíamos quedado que son aquellos que se denominan progresistas los que en su ideario Robin Hood tienen cosido a sangre y fuego lo de bajar impuestos para que sus clases sociales no padezcan la opresión de unos conservadores que sólo piensan en enriquecerse? Pues o yo me he separado demasiado tiempo de la realidad o aquí la película ha cambiado los papeles de sus principales actores. 

Mientras vemos como las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular han encontrado su propio campo de batalla para ver cual baja más algunos impuestos como el de sucesiones, anacrónicos en el resto de Europa, el Psoe, que debería estar preocupado por que el actor secundario le está quitando el foco, pone el grito en el cielo hablando de una armonización fiscal por ley para impedirlo, al tiempo que su líder, el que quiere irse a presidir la internacional socialista, no tiene empacho en donar 130 millones de euros a la Fundación Bill Gates para poder tener una foto de campaña que vender en este periodo pre electoral en el que ya estamos inmersos. Ahora se entiende que su afán recaudatorio no tenga límites y no sea suficiente haber sacado 25.000 millones de más en sólo un ejercicio del bolsillo de los españoles. Se acercan elecciones y hay que empezar a repartir pasta a diestro y siniestro porque resulta evidente que es la única tarjeta de presentación que le queda al amigo Sánchez para convencernos de su bonhomía.

Resumen, la cosa queda en que bajar o anular un impuesto que nació con Suárez en 1.977 para ser excepcional y transitorio, y que va a suponer ahorrar 90 millones de euros a los contribuyentes andaluces, suponiendo una “sangría” del 0,2 % de un presupuesto total de más de 40.000 millones, es un quebranto para la sanidad y la educación, pero regalarle 130 millones al señor Gates dos días después, es una inversión de futuro… No me extraña nada que los barones socialistas que todavía gobiernan alguna comunidad vean que su continuidad peligra y bastante. 

No sólo ven como su todavía jefe sigue aliado en España con quienes quieren destruirla, sino que observan anonadados como anda buscándose salidas internacionales que le garanticen un futuro. A lo que se une el ascenso imparable de una derecha que alcanza mayorías absolutas en Europa como acaba de suceder en Italia, o se queda muy cerca de ellas como en Suecia y Francia. 

Resulta bastante patético, por no decir muy triste, ver como todos esos a los que se les llena la boca con la palabra democracia cuando gobiernan los suyos o los resultados electorales les son favorables, poner el grito en el cielo cuando no es así. Escuchar a la presidenta Von der Leyen poner paños calientes preventivos al resultado de unas elecciones que todavía no se habían celebrado, como las de Italia, me ha parecido sin duda, aunque haya pasado algo desapercibida para la mayoría, la peor de las noticias de la semana. ¿Cómo puede, con su enorme responsabilidad, hablar de peligro futuro para nadie lo que se decida en la soberanía popular de una nación?

Quiero imaginar que no es más que el resultado final de un sistema que hace aguas y que toca repensar. Ya no son sólo los perroflautas que han inundado nuestras instituciones quienes dicen auténticas barbaridades, recordemos las palabras de toda una ministra incitando a la pederastia, sino que hasta aquellos que creíamos formados y moderados, también están haciendo de la Unión Europea, una institución nada fiable para garantizar los valores democráticos que pasan, en primer y principal lugar, por el respeto a las decisiones de las mayorías.

Todavía no he escuchado a esa misma señora que pone paños calientes a un gobierno de la derecha en Italia, decir nada sobre las manifestaciones de millones de mujeres en Irán que luchan y se dejan la vida en defensa de unos derechos tan mínimos, que en cualquier país de Europa nos sonrojaría el mero hecho de tener que reivindicarlos. Tampoco la he oído opinar sobre las criminales manifestaciones de una ministra de nuestro gobierno cuando incita a los niños, da igual su edad, a incumplir la ley y abrir la puerta a que cualquier adulto enfermo pueda cometer un acto sexual con un menor impropio de una sociedad como la que nos hemos dado con el esfuerzo y el sacrificio de nuestras anteriores generaciones. 

¿Porqué nos extraña tanto entonces que los médicos en España estén como locos buscando su futuro fuera de nuestras fronteras?, ¿o porque nos sorprende que tengamos un poder judicial que se desintegra como un azucarillo en un café? Si hemos llegado a esta situación es por la doble combinación de votar a aquellos que no están en absoluto preparados para dirigir nada y, sobre todo, por el pasotismo generalizado de una sociedad, o sea tú también, que pasa absolutamente de involucrarse para intentar cambiar la situación a mejor. Los primeros están encantados de lo segundo. Mientras los preparados no decidan dar pasos adelante, los inútiles estarán felices destruyendo lo que tocan mientras les pagamos un pastizal para que lo sigan haciendo.

El año que viene tenemos elecciones municipales, regionales y nacionales, tú verás lo que quieres para tu país y tus hijos. Mientras eso llega, sigamos disfrutando de lo votado.